Ethan
Entré al hotel mientras ayudaba a Seth a caminar, el rubio apenas puede mantener el equilibrio y no deja de repetir lo mucho que le gustan mis pecas.
La chica de la recepción dejó escapar una risita tierna al vernos. Me sonrojé y fruncí los labios.
Entré en el ascensor y presioné el botón del décimo piso. Cuando las puertas se cerraron, Seth se liberó de mi agarre, me tomó con firmeza del cuello de la camisa y me jaló hacia él. Después, fundió nuestros labios en un candente beso.
Cuando nos separamos, me miró con los ojos entrecerrados, y sus mejillas se ruborizaron. No pude evitar sonrojarme, así me volteé, solo para encontrarme con nuestro reflejo en el espejo del ascensor. Él apretó mi camisa con ambas manos y apoyó su cabeza sobre mi pecho.
Abrí la puerta de la suite, y luego la cerré a mis espaldas. Las mejillas de Seth se tiñeron de rojo otra vez. Sus ojos dorados se clavaron en mí y me sonrió de forma coqueta. Él me tomó de la mano y se volteó para echarle un vistazo a la suite. (¿Qué está buscando?), pensé.
Cuando encontró mi dormitorio, presionó su agarre contra mi mano y se dirigió hacia allí. Yo tragué saliva con nervios, y decidí seguirlo, no intercambiamos ninguna palabra en todo el trayecto.
Al llegar. Él se volteó, sonrió para sí mismo y me jaló con más fuerza que la última vez. En el momento en que estuvimos frente a mi cama, él me robó otro acalorado beso mientras aferraba sus manos en mi pecho. A medida que el beso aumentaba su intensidad, él me empujó a la cama.
Jadeé sorprendido y arqueé ambas cejas. El rubio se relamió los labios y se subió sobre mí, sentándose justo sobre mi miembro, luego, se inclinó al frente para continuar besándonos. Pero, más que un beso, parecía que me estaba devorando... Cuando nuestros labios se separaron, ambos quedamos jadeando, y me percaté de que un fino hilo de saliva los conectaba.
-¡S-Seth, para! Debemos detenernos. De lo contrario, si seguimos así, entonces nosotros... -musité, mirándolo. Él entrecerró sus ojos y sonrió con picardía.
-Si seguimos así, nosotros... ¿Haremos el amor? -preguntó, mirándome de forma coqueta. Me sonrojé hasta las orejas y asentí silenciosamente. -Ethan... Tú... ¿No quieres hacerlo? -añadió, sonrojándose. Me quedé en silencio, frunciendo mis labios.
Antes de que pudiera formular una respuesta, él volvió a unir nuestros labios, al sentir el roce de los suyos, mi cuerpo se estremeció. A mitad del beso, el rubio comenzó a acariciar mis mejillas, mi pecho, mis brazos...
En determinado punto, él se detuvo y soltó una risita pícara.
-Tócame tú también... -susurró, en tono coqueto, después besó mi mejilla. Me sonrojé y mis manos comenzaron a temblar.
Seth tomó mi mano y la metió debajo de su camisa, mientras me miraba con deseo, después se mordió el labio.
(Bueno... Si esto es lo que quieres...), pensé, asintiendo en silencio y dejándome llevar... Empujé la parte posterior de su cabeza para unir nuestros labios otra vez, mientras que, con mi otra mano, comencé a recorrer lentamente su abdomen, y también su pecho. Su cuerpo se siente tan cálido...
La respiración de Seth se tornó agitada. Entonces él empezó a frotar su trasero contra mi miembro, lo que me provocó una erección tan dura como una roca. Al percatarse de eso, él dejó escapar un jadeo de sorpresa y separó nuestros labios.
-Ethan... ¿T-te puedo quitar la ropa? -preguntó con un tono mezclado entre coqueto y tímido. Me mordí el labio y asentí.
Seth retrocedió y me quitó el cinturón, posteriormente, bajó mi pantalón, dejándome en ropa interior. El rubio tanteó mi miembro encima del bóxer, luego se sonrojó hasta las orejas y cubrió su rostro con ambas manos.
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Tormenta de primavera
RomanceEthan Bennett es un joven de 20 años. Cansado de vivir bajo la sombra de su hermano mayor, soportar los abusos de su tío, y de no poder cumplir con las altas expectativas de su familia, decide buscar su propio camino en la vida e ingresa a la univer...