Devon
Apenas había tenido tiempo de hablar con Callie desde aquella tarde que vino el padre de Cam y la extrañaba.
Me enteré de lo que ocurría por mi amigo, quien lejos de estar enfadado o confundido, parecía extasiado con la posibilidad de que fuesen hermanos.
Y pensándolo bien, ya lo parecían.
Esa sensación de lo bien que congeniaban quizá no era más que una señal.
En ese momento me encontraba jugando con Ash mientras mi madre leía un libro en el sofá junto a nosotros cuando mi teléfono sonó.
Al ver el nombre de mi mejor amigo me puse nervioso. ¿Sabrían ya los resultados?
Ahora que todo el problema con su tío estaba resuelto, y que ella ya no tenía que preocuparse más por eso, solo quedaba eso como incógnita.
—¿Qué pasa, Cam?
—De... Devon.
—¿Cam? ¿Todo bien?
—Mira...dor. Cu...cu..chillo. A...yú...da...me.
No me di cuenta de en que momento puse en pie y empecé a correr hacia la puerta con mi madre llamándome a mi espalda.
Entré en la camioneta cuando vi a Callie llegar.
No podía ir solo. Si Cam...
—Sube, Callie —supliqué.
Quizá fue mi tono desesperado, o el modo en que me temblaba todo el cuerpo, pero ni siquiera dudó.
Corrió hacia el asiento del copiloto y arranqué antes de que pudiese abrocharse el cinturón.
—¿Qué está pasado? ¿Devon?
—Necesito que llames a Cam. Por favor.
—De acuerdo.
Pero ninguna de sus llamadas recibió respuesta y yo aceleré más.
Vi su coche nada más llegar.
Salté de la camioneta y casi caí de rodillas cuando le vi en el suelo en medio de un charco de sangre.
No. No. No. No.
Escuché a Callie gritar, pero todo lo que me importaba era encontrarle el pulso. Necesitaba que estuviera vivo. No podía perderle también a él.
En cuanto lo sentí bajo la yema de mis dedos suspiré aliviado y le pedí a ella que llamara a una ambulancia mientras permanecía a su lado suplicándole a mi amigo que no me dejase.
Siete minutos más tarde, escuchamos la sirena.
Todo iba a estar bien. Necesitaba creer eso.
La espera fue un suplicio. Había llamado a su padre para ponerle sobre aviso y al entrenador para que entendiese que no me presentaría. Aquello era mucho más importante.
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Imperfecto romance
Lãng mạnDevon necesitaba ayuda y lamentablemente solo una persona podía ayudarle. Esa era yo, Callie. Cuando le conocí nunca pensé que me encontraría deseando tenerle a mi lado. Me parecía arrogante y bastante creído, y supongo que él no tenía mejor impresi...