Siete vampiros...
Una cazadora...
La muerte de un ser amado...
Jinx esta acostumbrada a romper las reglas, a seguir su camino según su creencia. Fuerte capaz de valerse por su propia cuenta.
Jinx se acaba de mudar al pueblo más introvertido que ha...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Capítulo 25"
Me mantuve con vida por tí
Todavía no puedo borrar esa sonrisa retorcida de mi cabeza, no puedo sacar de mi mente aquellas imágenes todo se nubla cuando cierro los ojos y comienzo a ver; sangre, vampiros, Jungkook pelando, todos ellos peleando. Izaac, el profesor Chul, mí madre.
La noche anterior me había costado mucho trabajo dormir, apenas me perdía unos minutos y las pesadillas me envolvían. Debo admitir que tengo miedo, por que ahora no veo al profesor Chul viniendo por mi. Ahora veo aquel vampiro de "La Orden" destrozando a todos mis seres queridos.
Después de haber estado con Jungkook por fin pude dormir un poco. Cuando abrí los ojos ya no estaba en la cama, había dejado su camisa a un costado del buró. Sus zapatos estaban pegados a la orilla de la cama. Imagine que solo se había levantado por un momento. Aún estaba desnuda, cubierta por una sabana blanca la cual me enrede para levantarme y buscar algo de ropa. Tomé unos jeans, una playera y comencé a vestirme. De pronto alguien tocó a mi puerta, sabía que no era Jungkook pues el habría entrado como si nada.
- Adelanté - dije observando la puerta esperando fuera abierta. Cuando esta se abrio pude distinguir ese mechero de cabello, Izaac apenas asomaba la nariz - Izaac, pasa - insistí.
- Creí que estarías con Jungkook - mencionó mientras le echaba un vistazo a la habitación. No sé por que, pero me dio la impresión de que se imagino lo que había sucedido.
- No, debió haber salido cuando dormía, ¿comiste algo? - de inmediato le pregunte.
- Sí, Jhope preparo algo para mí. Deberías bajar, tampoco has comida nada - me pidió al tiempo que se acercaba a mí.
Me senté en el borde de la cama segundos después Izaac hizo lo mismo. Mientras yo me ponía los tenis él se quedó allí en silencio mirando hacia la vantana como si estuviera esperando el momento para hablar. El cual no tardo mucho pues apenas me iba a levantar él me sostuvo de brazo e hizo que me sentará de nuevo.
Sus ojos oscuros estaban perdidos de una manera completamente diferente, su piel se veía más clara, como si estuviera pálido, no había enrojecimiento en sus mejillas. Y él estaba muy ausente a pesar de estar justo a mi lado.
- Izaac ¿pasa algo? - le pregunté de inmediato.
Pronto fijo la mirada, intento mover los labios, sin embargo lo que estuviera pensando decir no le salía de la boca. Se puso las manos sobre la cara y se esforzó demasiado para comenzar hablar.
- Jinx, primero quiero pedirte una disculpa, todo esto... - tomó aire y continuó - todo lo que ha pasado en estos días, yo, siento que fue mi culpa. Nunca quise lastimarte, ni mucho menos que te lastimaran. Veo que tú eres demasiado fuerte, valiente que eres capaz de enfrentar el mundo entero por las personas que amas. Y yo me culpo por haberte abandonado aquel día, por escuchar voces que no debí escuchar. Jinx me hubiera muerto si a tí te pasaba algo. Yo no podría vivir con esa culpa, y agradezco que esos vampiros te estén protegiendo.
