Siete vampiros...
Una cazadora...
La muerte de un ser amado...
Jinx esta acostumbrada a romper las reglas, a seguir su camino según su creencia. Fuerte capaz de valerse por su propia cuenta.
Jinx se acaba de mudar al pueblo más introvertido que ha...
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《Capítulo 7》
Me había quedado dormida.
Poco a poco abrí los ojos, me costó algo de trabajo poder abrirlos por completo. Levante un poco la vista para buscar a Jungkook. Estaba sentado justo a lado de mi con una expresión muy dulce en su rostro. Aún estaba adormilada pero, aún así pude sonreír.
- Me quedé dormida - Me justifique. Acomodaba mi enmarañado cabello.
- Te ves hermosa durmiendo. - Dijo al tiempo que beso mi frente.
- Como crees, nadie se ve hermoso durmiendo. - Soltó una carcajada. Acomodo un par de mechones por detrás de mis orejas.
- Tú sí.
Intente incorporarme lentamente, aún estaba desnuda, así que me envolví en las sábanas. - ¿Que hora es? - Pregunté. Tenía que llegar para cenar con mi papá y Jamy.
- Las 2:30 aún es temprano. - Dijo.
Me acurruque con él, deslizó su brazo por debajo de mi espalda. Sentí escalofríos cuando toco mi piel con su mano fría.
- Lo siento. - Se disculpó.
- No te preocupes.
De pronto sentí los brazos adoloridos el cuerpo como si me hubieran sacudido con fuerza. Como si una estampida de animales hubieran pasado sobre mí, dejando todo mi cuerpo mayugado. -Ahuch... - Chille. Mire los pequeños hematomas sobre mis brazos, eran pequeños y algunos un poco más grandes, formaba un pequeño caminito por ambos brazos, supuse que también en las piernas, empuje un poco las sábanas para liberarme de ellas y dejar al descubierto ambas piernas. Y sí, ahí estaban, esos pequeños moretones sobresalientes en mi piel blanca.
De inmediato mire a Jungkook, que parecía estar más consternado que yo. Cualquiera que me viera diría que sufri una golpiza. Tomé la sabana y me enrede en ella, bajé la vita un tanto apenada pero feliz solo podía pensar en los besos de Jungkook tocando mi piel, sus manos viajando por mi cuerpo. La sensación maravillosa que el provocaba en mí.
- Lo siento mucho - De nuevo se disculpó, solo que esta vez había un poco de atisbo en sus palabras. - No pensé que te fuera a lastimar tanto, yo... intente no lastimarte ni ejercer presión, pero de todas maneras parece que te hice daño.
- Tranquilo, no me duele. - Menti, en realidad si dolían. Pero si le decía que si, lo más probable es que ya nunca lo volveríamos hacer y por supuesto no pensaba en limitarme de algo tan placentero.
