Capítulo 11

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Perdida en sus pensamientos fue asustada por la presencia oscura que Aemond emitía tras ella.
-Te has quedado sola, tu amado se ha ido ya? -
-Me basta con el sermon de Aegon asi que es mejor que te lo ahorres -
-Aegon? Que hacias con él? -
- Deja de ser un entrometido -
-Deberia de preocuoarme por lo que hace mi prometida o sino que tipo de esposo seria? -
- Escucha Aemond y escucha muy bien, no me importa lo que tenga que hacer pero me esforzare por que este matrimonio no funcione, así tenga que matarte, asi tenga que empezar una guerra, asi tenga que morir para no tener que vivir el resto de mi vida junto a ti me oiste -
Él se acerco sutilmente hasta su rostro de forma intimidante Aelys pego su espalda contra la pared y trato de mantener un espacio entre ellos asi que dobló ligeramente la rodilla pero el no se detuvo llegando al punto de que estaba casi montado sobre esta.

-Tu crees que esto es facil para mi? No, por supuesto que no, si no accedes primero tendría que matar a tu padre que ya no es un adolescente precisamente, a la puta de mi hermana y luego a los malditos bastardos que llama sus hijos para que ninguno de ellos me impidan casarte contigo - Aelys se quedo sin palabras realmente por lo que dijo pero una sonrisa se formo en su rostro cuando al mover su pierna y rosar su miembro se dio cuenta de lo exitado que estaba.
-Realmente me sorprende que algo como esto te cause... Tanto placer - ella susurro a su oido mientras que con una mano acomodaba un mechón de cabello tras su oreja con intención de tocar su miembro pero fue detenida por la mano de Aemond quien no pudo contener más ese fuego dentro de su garganta y sin mas rodeo tomo del cuello a Aelys y comenzó a besarla desesperado en busca de más haciendo asi que sus cuerpos rodaran por las pares del pasillo.
Tratando de recuperar el aliento Aelys se separo de él.
-Con cuántas mujeres has estado? Por la manera en que te excitas tan rapido diria que no son muchas -
-Eh estado con cientos de mujeres -
-Oh felicidades Aemond -
Ella se abrió paso a su habitacion dejando al príncipe solo y en una situación desesperada.
Ella habia entrado a la habitación en busca de una escapatoria y entonces recordó lo que su padre le había contado sobre los túneles que tenia la fortaleza asi que sin pensarlo mucho fue en busca de dichos túneles, al encontrarlos lo primero que hizo fue visitar a los locales principales donde vendían frutas y comida pero al ver a un hombre semi desnudo siendo sacado de una perta un tanti peculiar le pidio a un tipo al azar su ripa a cambio de un poco de oro, toco la puerta y una mujer un tanto adulta le abrió la puerta.
-Hola joven amigo -
-Quiero pasar mujer -
-Eres muy joven y necesitas pagar para entrar -
Entrego un par de minedas y empujo la puerta.
- Buscas a un tipo de mujer en especial?
-Vi a un tipo salir de aqui... -
-Siempre logra colarse y ademas de maltratar a mis muchachas no paga bien -
La mujer la guió por un pasillo obscuro para luego entrar a una especie de madriguera donde vio de todo, era una orgia en todito su esplendor, más no se detuvo a entretenerse sino que siguió su camino explorando.
Rapidamente salio por una pequeña puerta que estaba cubierta por una tela casi transparente, al llegar al castillo bebio mucho vino hasta quedarse completamente ebria cosa que le causaría una resaca horrible pero sin duda estaba dispuesta a soportar.
Al amanecer la resaca no fue lo unico que tuvo que soportar sino que también a la odiosa de la reina quien la sorprendió robandoce una trozo de tarta.
-Debes mantener tu cuerpo en buen estado, de otro modo ni hijo no querra tener bebes contogo -
Tras esto Alicent la llevo a la sala comun donde se encontraba Helaena bordando sobre un trozo de tela.
-Una buena mujer debe saber como entretenerse cuando no esta en compañía de su esposo -
-Me gusta pasar tiempo en el patio de entrenamiento asi mejor me voy -
-Niña, sera mejor si te quedas con nosotros a bordar -
Helaena le mostro el hermoso escarabajo que bordaba y fue la única razon por la que se quedo.
-Tu madre te enceño a bordar? - pregunto Helaena.
-Por supuesto que si, antes de que ella muriera recuedo haberle rogado por que me dejara practicar con la espada y ella siempre me decia que primero debia aprender a bordar -
El ambiente se torno un poco denso pero gracias a Helaena no paraba de hablar sobre incectos aliviano si aburrimiento e incomodidad al estar tan serca de Alicent quien solo la miraba sin decir nada.

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