Cap 25; Cuestiones de Paternidad

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Suspiro contento mientras jugaba con las trenzas de su pareja quien tenía uno de sus brazos alrededor de su cintura, y su nariz enterrada en sus rulos naranjas para inhalar la fragancia de su cabello.

Todo normal en un Jueves por la tarde, después de llegar de clases.

Smiley aún no entendía cómo pudo enamorase de este idiota que alguna vez fue su enemigo, tampoco entendía el porqué dejo que su hermanito se metiera con el hermano de este pendejo.

Había pasado después de la pelea de con Tenjiku, la policía les había caído como lluvia del diluvio por lo que cargo a su gemelo lejos de ese lugar sin siquiera mirar atrás ya que debía de atender la pierna de su hermano. Al día siguiente se entero de que a los Haitani los metieron en la corrección por lo que se sintió un poco aliviado y un tanto decepcionado, ya que no tendría la oportunidad de vengar a su hermanito.

El caso es que después de algunas semanas, se encuentran con esos idiotas en una cafetería— porqué los millonarios estos, pagaron su fianza para salir libre y vomver a matar medio mundo —en dónde el tal Haitani menor, le compro dulces a su hermanito como una disculpas. El peli-naranja no quería que su hermanito se relcionara con él pero vino Ran y solo lo jaló fuera de allí para que los menores tuvieran una “cita”, lo cuál termino un poco mal ya Smiley le rompió la pierna a Rindo cuando logro escapar de Ran.

Rio levemente al recuerdo.

Entre Rindo y Angry, había algo de química ya que el peli-azul no es de aquel que le guarda rencor a la gente pero con respeto a los hermanos mayores, fue un enemies-to-lovers que tuvo algo de ayuda por parte de los menores porqué si fuera por la suerte de ellos, probablemente hubieran terminado como Romeo y Julieta pero con balazos en vez de veneno.

- ¿Y esa risa? - cuestionó el de cabellos bi-colores con una sonrisa, al sentir a su pelusita reír sobre su pecho.

El menor volvió a reír tiernamente, mirándolo con sus ojos abiertos. - Nada. - sonrió con travesura, provocando que el Haitani riera levemente.

Ran lo tomo de la cintura, sentando al Kawata mayor en su pecho para tener mejor vista de su rostro. Era hermoso a sus ojos violetas, parecía uno de esos perritos pequeños y peludos con ese cabello que por cierto necesita un corté a estás alturas.

Algo su mano para acariciarle el rostro, ganándose un murmullo de satisfacción de su pareja. Luego deslizando sus dedos por su cuello blanco que tenía unas cuántas mordeduras que él causo, haciendo que sonriera orgullo. Bajo por su brazo para luego meter su mano bajo la camiseta del colegio que traía puesta el jóven, revelando su pancita.

Sus ojos se suavizaron al tener está parte de su cuerpo a la vista, en verdad era hermoso.

Nahoya arqueo una ceja. - ¿Y esa sonrisa, Anabel? - cuestionó confundido.

El mayor dejo caer la dulce sonrisa de sus labios al oir ese apodó molestó que su novio le dió, su cara provocando que él menor riera. - Dejá de llamarme así o te parto la cara. - siseó, ganando que el menor solo le sacará la lengua como un crío. Suspiro. - Solo pensaba. - respondió, acariciando con su pulgar la piel que tenía bajo su mano.

- ¿En qué? - ladeó un poco su cabeza, alzando con sus manos su camisa un poco más para que el contrarió tuviese más acceso.

- En qué quiero hijos. - subió un poco más, tomando suavemente el pezón del chico entre su dedo índice y el dedo del medio. - Contigo. - lo miró a los ojos, dándole a entender lo que quería.

El menor exhaló, retirando la mano del contrarió lejos de su cuerpo. - No es biológicamente posible, Ran. - dijo con cuidado, no queriendo lastimar a su pareja. - Además, podemos adoptar y aún así, no podríamos proveer por ellos.

Rodó los ojos. - Tengo familia con los Yakuza. - se sentó en la cama, rodeando la cintura de su novio con ambos brazos mientras este de deslizaba a sus piernas. - Y mis padres son gente importante en el mundo de los negocios, así que el dinero no importa en esa situación. - le beso la mejilla, bajando hacía su cuello pará tratar de convencerlo.

Smiley gruñó, tratando de quitarse al mayor de encima. - ¡Si, pero igual no podría darte un hijo! - repitió nuevamente, resoplando al no cumplir con su tarea. El mayor se detuvo en secó, confundido al menor. - ¿Que?

El de trenzas alejó su rostro, encarando a su pareja con una expresión seria. - ¿Y si en verdad fuera posible? - volvió a cuestionar, viendo cómo el de cabellos naranja aún no lograba entenderlo. Suspiro por segunda vez. - Hay una operación para hacer que puedas tener un útero y gestar un feto en tu cuerpo. Evolucionando tu próstata, para que así se convierta en..

- Basta. - el menor lo detuvo, mirándolo serio. - ¿Cómo sabés todo eso? - le dedico una mirada acusadora.

Ran sabía del error que había cometido en ese instante, pero no puede culpar a un hombre que solo quiere nenes con su pareja. - Mandé a investigar. - admitió, bajando un poco la cabeza.

- ¿Para después hacerme una cita y que me metan cuchillo en una mesa en la cuál podría morir por una estupidez?

- No es una estupidez, Smiley. Es..

- Una estupidez. - volvió a repetir, saliéndose del abrazó de su pareja con las intenciones de salir de su habitación.

El mayor se levantó de la cama, tomándolo suavemente de la muñeca antes de que sacará un pie del cuarto. - ¿Porque te molesta la idea? Angry aceptó cuándo Rindo se lo propuso.

¿Perdón?

Smiley lo miró molestó. - ¿Te parezco que soy Souya? - gruñó, jalando de manera brusca su brazo fuera del agarre que le tenía el contrarió. - Y dile a tu hermano que no le meta cosas en la cabeza al mío. - ordenó, saliendo de la habitación.

El Haitani mayor apretó su mandíbula, negándose a quedarse con está respuesta, así que lo siguió. - No me respondiste, Smiley. - dijo con tono molestó. - ¿Porque te molesta la idea? - repitió.

- ¿¡Porque eres tan persistente!? - el Kawata mayor exclamó mientras se daba la vuelta para ver a su pareja.

Su grito llamo la atención de la pareja de los menores que estaban en el cuarto del gemelo menor, ambos chicos solo asomaron sus cabezas para ver qué era lo que ocurría.

- ¿¡Porque no vas con una de esas perritas que andan encima de ti si tanto quieres un hijo!? - volvió a exclamar molestó, usando sus celos como excusa para evitar la conversación original.

Un tic nervioso se activó en el ojo izquierdo del contrarió ante el comportamiento y atrevimiento de su pareja. - Kawata. Kawata. - dijo entre dientes, también molestó mientras tomaba al menor por los hombros. - No cambies el tema. - advirtió, mirándolo feo.

- ¡No estoy cambiando el tema! - se defendió, alejando al Haitani. - ¡¿Porque no vas?!

- ¡Porque yo te amo a ti y quiero que mis hijos salgan de ti! ¡JODER! - golpeó la pared cercana, haciéndole un hueco a está mientras mantenía contacto visual con su novio. - ¿Que tan difícil es entender eso, Smiley? - suavizó su mirada. - ¿Crees que no tengo miedo a perderte en esa operación? Por lo menos, dame otra opción. - pidió, su tono casi rogando para que el menor lo entendiera.

Si, si tenía otra opción: la fecundación múltiple heteropaternal, la cuál ocurriría gracias a la inseminación artificial que harían con el útero de una mujer y la cuál sería fecundado por uno de sus espermatozoides y uno del Haitani.

¿Pero está él listo para ser un padre? Ósea, si Souya acepto cuando el cuarto ojos se lo propuso, es porque está listo y pues, él es bueno con los niños ya que ellos no le tienen miedo.

Y, aunque Smiley ha cuidado toda su maldita vida a su gemelo, un bebé que sería suyo y de Ran, es un poco diferente.

Apretó la mandíbula, tomando las llaves la casa y salir de esta sin decir una palabra más.

Siempre Supe, Que No Eras Mío (SouKun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora