Capítulo 9: El Señor de la Cumbre Bai Zhan

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Las Cuevas Ling Xi eran laberínticas, con miles de vueltas y revueltas, como si su entrada condujera a un mundo de un universo enteramente alienígena. No había viento ni luna, pero estaba fresco y silencioso. Con piedras blancas como nubes y piedras verdes como jade, juntas creaban las muchas suntuosas pero naturales camas de piedra. En el centro había un estanque de agua cristalina como un espejo, reflejando un mundo diferente.

Lo único que arruinaba la belleza era que algún sénior que había estado previamente recluido aquí no había sabido valorar esta instalación pública: las paredes de la cueva estaban cubiertas de innumerables tajos y hendiduras hechos tanto por el filo como por la energía de una espada; las paredes de piedra estaban enlucidas con franjas de sangre seca, las manchas ya ennegrecidas.

Esta era solo una caverna de muchas, y aunque lucía un poco como una escena de asesinato, Shen Qingqiu estaba muy satisfecho y no tenía la intención de encontrar otra ubicación. Se sentó en la cama de piedra y comenzó a cultivar, siguiendo minuciosamente los métodos que había memorizado de los manuales.

Entonces, como si los cielos no quisieran que intentara ganar honestamente puntos B, escuchó un sonido extraño.

Jadeo.

El laborioso jadeo de alguien.

Al mismo tiempo, sintió una explosión de energía espiritual casi descontrolada.

Bien. Shen Qingqiu sabía lo que había sucedido.

Las Cuevas Ling Xi eran gigantescas. Por supuesto que no sería la única persona que había aplicado para la reclusión aquí. Había alguien más cultivándose acá también... y había entrado en desviación de qi, actualmente en un momento crucial.

¡Yo! ¡Solo! ¡Quería! ¡Cultivar! ¡En! ¡Reclusión! ¡Y! ¡Nivelarme! ¡Marcialmente! ¡Puede esto no suceder! ¡Puede! ¡Esto! ¡No-!

Rápidamente, Shen Qingqiu abrió los ojos y decidió investigar. Siguió ese sonido y las olas de energía espiritual, pasando por las diversas vueltas y revueltas–el alboroto se hacía cada vez más grande.

Por fin, llegó a otra caverna. Tan pronto como entró, vio una figura vestida de blanco en la lejanía, una larga espada estaba clavada en la roca, completa hasta la empuñadura.

La energía de la espada volaba por doquier, sin ningún orden o patrón. Las manchas de sangre en la persona de blanco lo hacían parecer una víctima, pero sus movimientos lo hacían parecer un asesino enloquecido.

¡La desviación de qi de esta persona era bastante horrible!

Shen Qingqiu lo sopesó: con su conocimiento de medio pelo, si iba a emparejar la circulación espiritual de esa persona, era difícil saber si sería más probable que ayudara o causara más daño. Fue entonces cuando vio esa espada.

Con la energía espiritual de su maestro ahora fuera de control, la espada temblaba sin cesar, liberándose centímetro a centímetro, todo mientras emitía un estridente chillido. Luz plateada recorría los conjuros grabados de la empuñadura y la decoración en par de fénix, fluyendo sin pausa.

El Sistema de Autosalvación del Villano EscoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora