Thirteen

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Roseanne's POV.

Era extraño que no pudiera permanecer molesta con Lisa. 

Se supone que su comportamiento debía tenerme molesta, sin embargo bastó con ver la manera en que se indignó al saber que querían culparnos por lo que sucedió con el intruso para que toda la molestia se transformara en admiración. Lisa no se dejaba intimidar y tal como ella mencionó, no perdonaba las injusticias. 

Lo confirmé cuando esa misma noche me llamó Jisoo para mantenerme informada de las novedades, entre ellas el hecho de que Lisa nos defendió con uñas y dientes cuando estuvo hablando a solas con el miembro del servicio secreto y el agente del FBI ¿Cómo se enteró? Al parecer escuchó al miembro del servicio secreto, Michael, hablar por teléfono con alguien y comentar que la reunión había sido una catástrofe y que Lisa estaba muy molesta con ellos. 

Siempre consideré que era buena juzgando el carácter de las personas pero Lisa me sorprendía una y otra vez. Cuando creía que por fin la estaba comenzando a entenderla, hacía algo que me sorprendía por completo y me demostraba que en realidad no la conocía en absoluto. Me mantenía constantemente en alerta y con ganas de conocerla más. 

Lo que no era bueno. Tenía que detenerlo cuanto antes. 

Suspiré y descansé la cabeza en el respaldo del sofá por unos instantes. Había estado escribiendo informe tras informe, respondiendo correos y entregando tanta información como podía para la investigación. Si queríamos descubrir qué había sucedido con el intruso y quiénes estaban detrás de todo, entonces tendríamos que trabajar en conjunto con los federales y lo mejor sería tenerlos como amigos. Pero ya eran las tres de la mañana y comenzaba a sentir el cansancio de un agotador día. 

Un grito proveniente de mi habitación me hizo saltar del asiento y tomé mi arma que descansaba sobre la mesa de centro. Me dirigí rápidamente a la habitación y escaneé todo rápidamente sólo para darme cuenta que la habitación estaba vacía, excepto por Lisa que estaba sentada en mitad de la cama aferrándose a sus piernas como si su vida dependiera de ello. 

Maldije por lo bajo y guardé el arma nuevamente antes de encender la luz de la mesita de noche y sentarme en la orilla de la cama. Lisa tenía su rostro escondido entre sus brazos y por la manera en que sus hombros temblaban estaba segura que estaba llorando. 

—Hey... está bien, todo está bien—le aseguré poniendo tentativamente mi mano sobre su brazo. En un movimiento que no vi venir, Lisa me abrazó y escondió su rostro en mi hombro. Probablemente mi siguiente movimiento debió ser apartarla pero no pude hacerlo. Rodeé su cuerpo con mis brazos y acaricié suavemente su espalda—Todo está bien—repetí. 

Lisa sollozó bajito pero no dijo ninguna palabra. No esperaba que lo hiciera asique sólo la dejé llorar en silencio y usar mi hombro para desahogarse. Tras varios minutos, finalmente pareció calmarse y suspiró largamente. 

—Lo siento—susurró sin soltarme—Sólo fue una pesadilla. Debes pensar que soy una niña ¿no?—

—Jamás pensaría que eres una niña sólo por tener una pesadilla—expliqué—Es lo normal, especialmente después de una experiencia traumática como la que viviste hoy— 

Lisa se separó poco a poco hasta que ambas fuimos capaces de vernos a la cara. Sus pestañas humedecidas, los rastros de lágrimas en sus mejillas y su nariz roja la hacían lucir adorable. 

—¿También las tienes?—preguntó dubitativa. 

Era una pregunta personal. Una pregunta que pude elegir no responder, sin embargo lo hice. 

—Todos los días—

—¿Son sobre el tiempo que serviste en Irán?—preguntó nuevamente tras unos segundos y asentí—¿Son reales?— 

Opposites Always Attract (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora