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Blas no hablo cuando llegó a casa, Felipe tampoco dijo nada, ambas actitudes preocupaban  a los padres de Felipe, que los siguieron a su habitación a toda prisa

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Blas no hablo cuando llegó a casa, Felipe tampoco dijo nada, ambas actitudes preocupaban  a los padres de Felipe, que los siguieron a su habitación a toda prisa.

— ¿Que ha pasado? — Fue Elena la primera en preguntar con evidente confusión.

— Nada, no ha pasado nada, todo va bien — Respondió Felipe.

— Ustedes no se ven como si hubiera pasado nada ¿Que les dijo el doctor? — Está vez Enrique tomo la palabra.

Ambos jóvenes suspiraron.

— Son gemelos — Dijo finalmente Felipe mientras Blas se perdía en el baño.

— Oh, eso es...

— No se cómo voy a poder con dos hijos — Dijo Felipe derrotado, froto su rostro, estaba muy frustrado, realmente queria sacae a Blas de su casa, amaba a sus padres pero sabia que Elena era insoportable cuando se lo proponía. — No tengo idea de cómo mantenerlos.

— No te preocupes Felipe, nosotros vamos a ayudarte en todo lo que podamos, no tienes porque preocuparte por un techo y comida, está es tu casa.

Pero no la de Blas. Pensó

— Lo se, Padre, Pero...— Felipe miro nerviosamente a Elena — ... Estoy algo asustado.

— Es normal cuando tu naciste pensé lo mismo.

Enrique sonrió y acaricio la cabeza de Felipe.

— Será mejor qu descanses por hoy, nosotros nos vamos — Felipe asintió.

— Gracias por todo Papá, a ti también mamá, se que no he hecho lo que crees que es lo mejor, Pero quiero que sepas que no me arrepiento de nada.

Elena frunció el entrecejo.

— Lo tengo claro.

Ambos padres salieron de la habitación cerrando la puerta.

— Fue un día agotador — Dijo Blas saliendo del baño — La cabeza me da muchas vueltas, Felipe ¿Lo que hicimos estuvo bien?

— ¿Hablas sobre casarnos, de decidír tenerlos? — Blas asintió — Por Dios no digas eso, Blas, se que es difícil, pero no me imagino una vida donde no estes tu o esos pequeños. — Atrajo a Blas para acostarlo a su lado y abrazarlo fuertemente — Saldremos adelante, lo juro, también te sacare de aquí.

— ¿Enserio? Podemos ir con mis padres no es una casa tan grande como la tuya, Pero...

— No,  Blas — Lo corto Felipe — Tus padres me odian, no cometere el mismo error, cuando salgamos de aqui es porque consegui algo para nosotros dos.

Blas sonrió.

— Está bien, por eso te amo tanto.

Le dió un pequeño beso en los labios que Felipe correspondió gustoso, tocando de un lado a otro.

— Extrañaba esto.

— Yo también.

— Yo también

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𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞  ✰ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝒙 𝑩𝒍𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora