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Elena escucho ruidos dentro de la habitación del hospital, sonrisas, lágrimas y emoción, Pero no entro, no habia un porque en especial, solo no se sentia con ganas de pelear con Felipe cosa que pasaría si entraba

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Elena escucho ruidos dentro de la habitación del hospital, sonrisas, lágrimas y emoción, Pero no entro, no habia un porque en especial, solo no se sentia con ganas de pelear con Felipe cosa que pasaría si entraba. Felipe había sido claro, no la quería ahí.

Fue a la cafetería y espero hasta que los bebes fueran llevados a la incubadora Enrique y los demás también se reunieron ahí, pero tampoco se atrevio a acercarse.

Horas más tarde se dió cuenta que lo que sentía  solo se podía llamar remordimiento.

Pero como dice el dicho "Hijos de mis hijas, mis nietos. Hijos de mis hijos quien sabe".

Pregunto a la enfermera cuando serían dados de alta, pero al no dar su nombre la información no fue dada.

Eran las siete de la mañana cuando vio a los padres de Blas abandonar el hospital, minutos más tarde Enrique y Claudia se marcharon, y por último antes de las ocho Felipe se marcho.

No era horario de visitas así que era claro que se fueran, además que habian pasado toda la noche en el hospital y seguramente estarían cansados, como el lo estaba.

Frente al vidrio supo exactamente quiénes eran los hijos de Blas. Vio a dos enfermeras entrar a la habitación y tomar a los niños llevarselos, las siguió de cerca hasta que pregunto finalmente a donde los llevaban.

— Tienen que alimentarse — contesto una de las enfermeras, entonces tosiendo un poco quitándose el nerviosismo pidió.

— ¿Puedo cargarlo?

La enfermera frunció el entrecejo Pero después de decir que era su abuela y mostrar su identificación, ella asintió.

Tomo al pequeño Oliver entre sus brazos y sonrió, más de carca trato de buscarle parecido con alguien de su familia, Pero decidió que era inútil, todos eran iguales al nacer, después si Felipe le permitía les iban hacer unas pruebas de ADN.

El bebé rodeo su dedo meñique con su pequeña manito, Elena sonrió Pero luego nego con la cabeza y le entrego el bebe a la enfermera.

— Gracias — Dijo y decidió que era hora de regresar a casa.

Dos semanas después Blas sonrió al tener a sus bebes por fin en casa y no en el hospital dentro de encuvadoras. Sus hijos estaban perfectamente bien ahora y descansaban en la pequeña cama, ambos vestidos con trajes de pollitos.

Elena suspiro frente a la ventana de cristal, como todos los dias iba a ver a los bebes, incluso habia conseguidos unos papeles para poder verlos más de cerca sin que Felipe se enterara, el mejor le habia declarado la ley del hielo, Pero no solo eso le habia prohibido acercarse a los bebes cuando lo vio en una de sus visitas.

Lo estaba castigando y sabía que estaba en su derecho.

Pero ahora las encuvadoras estaban vacías y solas, los niños se habían ido.

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𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞  ✰ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝒙 𝑩𝒍𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora