Final✰

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Blas pensaba que Felipe era muy egoísta con Elena Pero no decía nada, no se atrevía a hacerlo porque sabía que Felipe tenía sus razones, sin embargo ya habian pasado más de dos años, pronto los niños cumplirían 3 años y aún no habia perdonado a la...

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Blas pensaba que Felipe era muy egoísta con Elena Pero no decía nada, no se atrevía a hacerlo porque sabía que Felipe tenía sus razones, sin embargo ya habian pasado más de dos años, pronto los niños cumplirían 3 años y aún no habia perdonado a la mayor.

Aunque Elena había ido a pedirlo muchas veces Felipe le cerraba la puerta en la cara, Blas se preguntaba si sus hijos tenían curiosidad sobre su abuela ya que siempre miraban por la ventana con los ojos bien abiertos.

Pero los niños nunca preguntaban.

Felipe no confiaba en el arrepentimiento de Elena creía que era porque se dió cuenta de que si eran sus nietos, y como no, si los niños eran identicos al mayor, no habia duda de que llevaban su sangre pero solo eso, si los niños se parecen a Blas o un familiar de este, estaba seguro de que Elena seguiria pidiendo las pruebas de ADN.

Le dió un beso en la frente a cada uno.

— Pórtense bien pequeños, Fer, si quieres ir al baño le dices a tu profesor, por favor, ve antes de la siesta para que no te hagas en tus pantalones.

El niño asintió, cada uno le dió un beso en la mejilla a Blas y se despidieron en la puerta de la guardería.

— ¡Adiós papi!

"Ya voy a trabajar"

Le mando un mensaje a Felipe y fue hasta el transporte, no había sido fácil criar a dos niños, ninguno tenía un trabajo que dejara suficiente, Felipe tenía dos trabajos y Blas uno, no se consideraban infelices, no cuando llegaban a casa y se acurrucaban todos en la misma cama, prendían el televisor y veian una película infantil antes de dormir, ni en los días con la temperatura mas baja tenian frio.

De nuevo un fin de semana, Elena se detuvo frente a la puerta de su departamento, está vez fue Blas quien abrió.

— Hola— Dijo la mayor — he traído esto para los niños — Mostró algunos juguetes.

— Felipe no esta, si quiere puede venir más tarde.

— Es por eso que he venido ahora. Sabes que no me dejara verlos Blas.

Blas vio de nuevo a los niños asomarse por la ventana y señalar los juguetes.

— Si sabe que si la dejo entrar se enojara conmigo.

— No, no tiene que saberlo solo...solo quiero ver a los niños con las fotos no es suficiente. — Dijo con un tono lastimero.

— Pero solo un rato, pase — Blas la dejo entrar — Oliver, Fernando ella es Elena su abuela. Saluden a su abuela.

— Abelaa — Elena no supo quien lo dijo, Pero se sentía feliz, por fin podía ver a sus nietos en persona. Corrió a abrazarlos con los ojos llorosos.

Blas pensó que al final Elena no era tan mala, se había portado muy mal, pero tenia sus razones, aunque Blas no las entendía, aun sentia un poquito de rencor cuando recordaba de todas las veces que fue grosera con el, difícil de contarlas con los dedos de sus manos, ni los dedos de sus hijos eran suficientes.

Sin embargo Blas había Sido criado para no odiar, odiar solo iba a amargar su alma y tenia que estar bien por debteo y por fuera para entregarle lo mejor a sus hijos.

Elena jugo con los pequeños en la alfombra, sonrió cuando los niños sonreian y la besaban en las mejillas.

Pero eso no duró para siempre, Felipe llegó antes de que pudieran darse cuenta. Miro a Elena luego a Blas y después nuevamente a Elena.

— ¿Que estás haciendo aquí? — Le pregunto con el rostro fruncido y los puños apretados.

— Vine...vine a ver a los niños, les traje juguetes.

Felipe tomo los juguetes y los aventó lejos.

— Mis hijos no necesitan de tus miserias yo les puedo comprar lo que quieran, te dije que no quería verte cerca de los niños y estoy seguro de que no eres sordo. — Dijo fuerte, los niños corrieron a esconderse detrás de Blas asustados, pues nunca habian visto a su padre enojado.

— Felipe, yo...¿Cuando piensas perdonarme?

— Yo no pienso perdonarte — Luego miro a Blas.

Blas negó, no había nada que perdonar. Pero ambos lo entendieron mal y Felipe ya estaba arrastrando a Elena afuera. Los niños empezaron a llorar al ver la escena.

— ¡Felipe, ya basta!  — Grito Blas — Asustas a los niños.

Blas les acaricio la cabeza.

— Vayan a su cuarto y jueguen ¿Si?

Los niños asintieron y corrieron.

— Sentados ambos — Pidió — Yo de alguna u otra forma entiendo tu desprecio hacía mi, mi embarazo arruinó tus planes con Felipe, querías que se casará con alguien que pudiera ofrecerle mucho mas que yo.

— Nadie me ha dado más que tú — Felipe aclaro Pero Blas lo interrumpió.

— Por su puesto, alguien que tuviera una solvencia económica generosa como Juani, Pero Felipe es una persona libres no un muñeco al que podrías planear una vida, y el termino eligiendome a mi. Yo no puedo dar mucho dinero, hay días en dónde apenas nos alcanza, pero amor nunca le falta, mi amor y el de nuestros hijos. No sé si puedas entender lo mucho que es eso en nuestra familia.

— Mamá — Felipe lo cortó — Se que te hubiera gustado que tuviera una vida exitosa, con un título y un esposo que también fuera prestigioso, Pero yo soy feliz. Aquí en este pequeño departamento en el que puedo volver cada noche, abrazar a mis hijos y besar a mi esposo, no tengo la casa más grande del mundo, no vivo en la mejor zona, ni manejo un coche de último modelo, pero no me hace falta ni un techo, ni comida, ni vestido y mucho menos amor. Si no puedes entender eso no puedo seguir viéndote, si no aceptas a la persona que escogí para pasar el resto de mi vida, no puedo aceptarte ni en mi vida ni en la de mi familia.

Elena aún tenía los ojos llorosos Pero asíntio.

— Lo se, lo sé, Pero por favor no me apartes de tu lado — Elena lo abrazo con fuerza — Aún eres mi bebé aunque hables como todo un hombre, no volvere a cuestionarte ni a ti ni a Blas. Solo no me apartes de tu vida.

Felipe también la abrazo.

— Te amo mamá, y te extraño, esto ha sido difícil también para mí.

— Papi, papá, la abela está llolando — Blas  asintió a Oliver — Son lágrimas de Felicidad. Vayan a darle un abrazo a su papá y a su abuelo.

Los niños asintieron y subieron al regazo de los mayores para unirse al abrazo.

— Tu también ven Blas — Pidio Elena y el menor no puedo negarse.

— Mis amores — Felipe beso la frente de cada uno terminando en los labios de Blas.

✰Gracias por leer nos vemos en la siguiente historia o adaptación, besos y cuidense el dulce que por ahí hay bastante bachaco

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Gracias por leer nos vemos en la siguiente historia o adaptación, besos y cuidense el dulce que por ahí hay bastante bachaco.

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𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞  ✰ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝒙 𝑩𝒍𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora