19✰

68 8 0
                                    

Felipe frunció el entrecejo al encontrar el apartamento sin una gota de luz, según le habia dicho quien se la vendió no tendría que pagarla hasta fin de mes, quedaban dos semanas para eso, se acerco y prendió el interruptor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Felipe frunció el entrecejo al encontrar el apartamento sin una gota de luz, según le habia dicho quien se la vendió no tendría que pagarla hasta fin de mes, quedaban dos semanas para eso, se acerco y prendió el interruptor.

— ¡Sorpresa! — Grito Blas, se veía feliz y una gran sonrisa adornaba su rostro.

Felipe también sonrió con ganas de verlo.

— ¿Que se supone que celebramos hoy? — Pregunto viendo la redonda mesa pequeña, había un pastel de chocolate en medio, pequeño Pero suficiente para los dos, un plato desechable con un pollo asado y un refresco de limón.

— Que tenemos un nuevo hogar, salí a comprar esto en la plaza que está a unas cuadras, no fue caro, aunque tendremos que comer sin platos, espero no te moleste.

— Si no te molesta a ti a mí menos — Felipe se acercó en la silla de plástico después de darle un beso a Blas — Este lugar necesita muchos arreglos, pero tendré qué hacerlo poco a poco por la falta de dinero, aunque saldre a comprar trastes y gas para poder cocinar.

— Ya verás que saldremos adelante tu yo y nuestros bebés — Sonrió — Ya quiero que nazcan.

— Yo también.

Blas miró con ojos soñadores la habitación de color amarillo y verde limón, en medio se apreciaba una gran cuna, en jna esquina un estante con juguetes y en otra un ropero en dónde habían puesto toda la ropita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Blas miró con ojos soñadores la habitación de color amarillo y verde limón, en medio se apreciaba una gran cuna, en jna esquina un estante con juguetes y en otra un ropero en dónde habían puesto toda la ropita. Aunque aún faltan varios arreglos al departamento, prefirieron empezar por la habitación que sería de sus
Bebes cuando tuvieran la edad de poder dormir solos.

Había dicho a sus padres que se habían mudando y no tardaron mucho tiempo en ir a visitarlos, la pintura fue un regalo de ellos, aparte de unos muebles viejos y sabanas que ya no acupaban.

Alguien toco la puerta y cuando abrió sonrió a su visita

— ¡Rafael! — Lo abrazo con fuerza y cuidado por su estómago de siete meses.  — ¿Cómo has llegado aquí?

— Les pregunté a tus padres. — Rafael se rasco la nuca — He estado buscandote, todos en la clase han estado molestós conmigo porque no hemos recibido señales tuyas, además de us mensajes, yo fui a visitarte en casa de Felipe, pero nunca estabas.

Blas frunció el entrecejo.

— Pasa, hablemos dentro.

Felipe estaba feliz porque podía pasar días con Blas después de tanto trabajo por fin le habían dado un descanso y lo habían dejado salir temprano.

Entro al departamento y se quedó quieto viendo a Rafael.

— ¡Rafa! — grito y fue hasta el, Rafael se levantó y se abrazaron — Tiempo sin verte — Dijo feliz — Espera...¿Esto es una arruga?

Rafaele dió un puñetazo en el estómago que lo hizo doblarse.

— Estoy seguro de que me veo más joven que ustedes.

— No lo creo amigo, desde aquí veo tus canas.

— Es tinte — Dijo y se volteo a ver a Blas indignadamente — Estoy molesto con ambos, desaparecieron sin decir nada.


— Yo no desaparecí, aún hablo con mis compañeros de salón, y bueno Blas no puede salir mucho por el embarazo...Por cierto ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, una cerveza?

— No gracias. En todo caso el salón quiere ayudarlos, supongo que ahora que están viviendo solos necesitan un poco de ayuda, hicimos una colecta haciendo un bazar y logramos conseguir esto — Rafael paso un sobre amarillo a Felipe — Para lo que necesiten.

Blas negó.

— No podemos aceptarlo.

Rafael lo ignoro garrafalmente y lo dejo en la mesa.

— ¡UPS! Miren la hora, es momento de irme BYE. Felipe cuida a mi chico. — Le dijo antes de salir corriendo.

— ¡Es mío ahora! — Le grito Felipe desde la ventana — Se fue — Le dijo a Blas — Se que no quieres aceptar el dinero porque no quieres que ellos sientan lastima por ti, pero no lo veas de esa forma, ellos te aprecian y lo hacen porque te aman — Felipe apretó las mejillas de Blas — ¿Quien no te ama?

— ¡Es mío ahora! — Le grito Felipe desde la ventana — Se fue — Le dijo a Blas — Se que no quieres aceptar el dinero porque no quieres que ellos sientan lastima por ti, pero no lo veas de esa forma, ellos te aprecian y lo hacen porque te aman — Fel...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞  ✰ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝒙 𝑩𝒍𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora