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  El creía que sería un día normal como todos los que había vivido hasta ese día

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  El creía que sería un día normal como todos los que había vivido hasta ese día. Pero hay que saber quea vida cambie en unos segundos y cuando menos te lo esperas. Felipe se fue de espaldas y cayó al suelo con todo y la silla en dónde estaba sentado disfrutando de un buen desayuno.

   La risa de los alumnos en la cafetería escolar no se hicieron esperar, sonoras y burlonas sonaron por doquier.

— ¡¿Estás bien?! — Le pregunto un preocupado Blas.

— Dime qué mientes — Rogó Pipe, con el rostro claramente asustado y los nervios de punta, incluso parecía que iba a empezar a hiperventilar.

  Blas no supo que decir por los nervios y solo negó con la cabeza, mientras Pipe se levantaba, acomodaba su silla y se volvió a sentar frente al menor.

— Crees que podamos, no se, ¿Abortarlo?

Blas lo miro sorprendido y desilucionado, y cubrió su vientre con ambas manos. Por supuesto imagino que el castaño no descartaria  esa idea. Pero no sé había preparado mentalmente para recibir esas palabras de su novio.

— ¿No lo quieres? ¿No quieres a nuestro bebé? — Sus ojos empezaron a aguarse y amenazaron con llorar, poniendo aún más nervioso a Felipe.

— No es eso, Blas — Se apresuro a aclarar, pues Blas más lágrimas, no era una imagen qué le gustara. — Pero es imposible para nosotros, somos demasiado jóvenes. En uños años más me encantaría tener muchos hijos contigo, Pero ahora, no estoy tan seguro.

— No lo quieres — Blas se levantó del asiento — Ya lo entendí — Dije e intento irse, con la cabeza mirando al suelo.

— ¡ Blas espera! — Grito Felipe medio desesperado, obteniendo así no solo la atención de Blas si no de también la media escuela.  — Vamos a casarnos.

Sonidos de asombro no tardaron en escucharse, todos se levantaron aplaudiendo y apoyandolos, era el tipo de espetaculo que a los jóvenes les gustaba ver.

"¡Dile que si!"

Gritaban sin parar, algunos sacaron sus teléfonos celulares para grabar el momento, Blas aún con los ojos llorosos asintió y camino hasta el mayor para abrazarlo fuertemente.

— Si, tonto, me asusté de que no quisieras a nuestro bebé.

— Yo aún estoy asustado de pensar que vamos a tener un bebé. Dios santo mis papás van a matarme.

— Mis papás también.

Blas comento, pero en ese  mismo momento sonrió como si todo estuviera bien.

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𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞  ✰ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝒙 𝑩𝒍𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora