26. Blurred Memories III

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Silvina permanece en silencio, sentada incomoda en uno de los muebles de la sala. Su cuerpo no ha dejado de temblar, y lo único que puede hacer es mirar fijamente a la chica que sostiene su propia cabeza con dolor frente a ella. Lleva un par de dedos a su brazo para pellizcar fuerte. No despierta.

Es irreal, está observando a una chica, la cual hace un momento daba por muerta. Duda, así que vuelve a pellizcarse el brazo con solidez, para una vez volver a comprobar que de verdad está viendo a Juliana y no a un fantasma producto de sus alucinaciones.

Un escalofrió sube por su espina dorsal cuando Eva vuelve a la sala. Lleva un vaso de agua y una especie de pasta que da a tomar a la chica más joven. "Toma amor. Esto calmara el dolor", dice la mujer. Silvina inmediatamente abre más sus ojos en asombro, todo es tan extraño para ella, que no da fe al cuadro que está contemplando.

Juliana toma la pasta y vaso de agua sin chistar, su cabeza late con dolor. Su vista esta nublada, la migraña se siente como si su cerebro fuera a explotar en cualquier momento. Eva la ayuda a recostarse en el sofá nuevamente después de que la pelinegra haya bebido casi medio vaso de agua.

La mujer mayor se estremece cuando vuelve a escuchar la voz de Eva. "No me has respondido Silvina. ¿Qué haces aquí?", exige saber.

Silvina tarda en responder, está acostumbrada a lidiar con la actitud de la mayor de los Carvajal, pero hay algo en la voz de Eva que le provoca pavor. "Y-yo le traje g-galletas...", tartamudea.

Eva ríe un poco antes de responder. "Pues no debiste haberte molestado"

Ella camina hacia la horrorizada mujer. A Eva siempre le ha gustado que las personas que la rodean la vean con respeto, pero el miedo en los ojos de Silvina es algo que la hace sentir poderosa, la tiene en sus manos y sabe que gracias a eso puede hacer lo que ella quiera.

"J-juliana", dice Silvina con temor mientras apunta su tembloroso dedo hacia la chica que ahora dormita en el sofá.

"Si", asegura Eva, "Juliana está aquí", ella sonríe. "Recuerdas cuando me dijiste que no te gustaba su relación con Valentina. Incluso me pediste que la alejara de ella", su sonrisa se hace más grande. "¡Pues lo hice! No estas feliz"

"Q-que ha hecho niña Eva", Silvina lucha por que sus palabras salgan claras esta vez. "¿Por qué?"

"Porque la quería para mí", dice ella simplemente.

"Pero... usted miro como Valentina lloro por Juliana. C-como Valentina..."

"¡Cállate!", interrumpe Eva. "Siempre es Valentina. Siempre la prefieres a ella, te preocupas por ella. Para ti solo existe ella", continua. "¡¿Dónde está mi felicidad?! Silvina"

La mujer mayor no sabe cómo responder a eso, la persona que está observando en ese instante no es la Eva que conoce, es otra persona. Una persona capaz de hacer daño. "Estoy cansada de Valentina", vuelve a hablar Eva. "El mundo no gira alrededor de ella. ¡Este es mi momento de ser feliz!"

La anciana se encoge en el sillón con temor cuando Eva levanta la voz. "Esto es lo que vamos a hacer", continua la de ojos verdes, acercando su rostro al de Silvina y mirando directamente a sus ojos. "Vas a desaparecer o yo misma me encargare de eso"

"Ni-ña Eva...", la ama de llaves intenta formular una frase, pero la mano de Eva sube para tomarla fuertemente de la mandíbula.

"Escúchame bien", exige Eva. "Vas a salir de aquí y vas a desaparecer. No le vas contar a nadie lo que viste, ni a dónde vas, o sino olvidare el hecho que te conozco desde niña, Silvina", afirma. "No sabes de lo que soy capaz"

Silvina se queja de dolor cuando el agarre de Eva se cierra con más fuerza. "La... señorita Valentina va... a preguntar", dice a pesar de que sus palabras salen amortiguadas debido a la presión sobre su boca.

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⏰ Última actualización: May 18 ⏰

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