Juliantina (Mini Historias)

10. Waiting For Love V

Mini epílogo

Los primeros meses pasaron borrosos para Juliana y Valentina. Habían continuado con su vida, su trabajo, la universidad. Pero el dolor seguía latente como el primer dia. No habían conocido a su bebé, pero ya era parte de sus vidas, habían perdido alguien a quien ya amaban.

Valentina solía despertarse y ver a Juliana dormida sobre su hombro con las mejillas rojas y los ojos hinchados. Ella había notado que su novia siempre esperaría hasta que la castaña se quedara dormida para llorar, y eso la lastimaba aún más. Acarició la mejilla de la pelinegra suavemente, Juliana no parecía estarlo tomando mucho mejor que ella.

Valentina no volvió a ver a Lucho, lo que fue un gran alivio, ella no hubiese sabido cómo reaccionar ante su sola presencia.

Los meses pasaban muy rápido y con ellos se iba un poco del dolor que sentían, Valentina ni siquiera recordaba cuánto había llorado, solo sabía que fue mucho. Sin embargo ambas se pusieron de pie y continuaron juntas, las dos no volverían a ser completamente iguales, pero siempre hubo una constante en sus vidas, una cosa que no cambiaría, una cosa con la que siempre podían contar:

Juliana Valdés amaba a Valentina Carvajal y Valentina Carvajal amaba a Juliana Valdés.

Su amor siempre había sido muy fuerte. Tan fuerte que había roto las paredes de Juliana y le había dado el amor propio que su padre le había quitado a lo largo de su vida. Y le enseñó a Valentina lo que es el cuidado y el amor de verdad.

Eso era todo lo que necesitaban saber, que siempre había alguien allí para ellas, se tenían la una a la otra, que siempre habría alguien por quien vivir. Se amaban no importaba nada más.

*****

8 años después

Juliana sintió los rayos de sol en su rostro, pero estaba demasiado abrigada entre las cobijas para abrir los ojos todavía. Era la mañana de navidad, y esperaba poder dormir un poco más antes de dirigirse a la casa de su mamá para abrir los regalos y celebrar con su familia.

"¡Juls!", grito Valentina, lo que hizo que Juliana se levantara tan abruptamente que se cayó de la cama.

La pelinegra se levantó y miro a su esposa con pánico en su rostro. "Oh, Dios", susurró.

"Rompí fuente", dijo Valentina, jadeando mientras trataba de sentarse.

"No podías dejar que mami terminara de dormir ¿Eh?", preguntó Juliana, llevando sus manos al vientre de la castaña.

Valentina se levantó con la ayuda de Juliana. "Mi bolso está junto a la puerta", dijo, había organizado todo hace más de dos semanas. Estaba feliz que después de todo lo que ella y Juliana habian pasado, finalmente iban a convertirse en madres. "Llamaré al medico... ¡Juls, apurate!"

Juliana ya estaba vestida y rápidamente llevó a Valentina al auto. "Lo se, lo se", le dijo a valentina, tratando de consolarla un poco, el dolor de las contracciones habían comenzado. "Lo siento, pero terminará pronto, mi amor", dijo besando la mano de su esposa mientras conducía lo más rápido que le era permitido.

Juliana llegó al hospital y bajo suavemente a Valentina y en un segundo una enfermera estaba a su lado con una silla de ruedas a lo que la pelinegra agradece. La castaña se sentó en la silla de ruedas y se acercó para tomar la mano de Juliana, "Vamos a conocer a nuestra hija. Vamos a ser madres".

*****

Valentina estaba haciendo un gran trabajo apretando la mano de Juliana con tanta fuerza que le dolía. Había gotas de sudor en la frente de la castaña y la bata del hospital que tenía puesta estaba empapada de sudor.