9. Waiting For Love IV

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Valentina y Juliana se sentaron en la sala de espera del hospital. Llegaron un par de minutos antes de su cita, pero no les importaba esperar. Las paredes del lugar eran completamente blancas, un poco aburridas, pero Valentina no se aburría, no cuando Juliana había estado sonriendo sin parar.

Era peculiar, la forma que Juliana había cambiado con respecto a su embarazo, paso de un sentimiento de miedo y culpa a sentirse muy emocionada por la idea de tener un bebé. Un bebé de ella y Valentina.

Juliana tarareó suavemente la canción que sonaba de fondo, mientras Valentina ojeaba las revistas en la pequeña mesa junto a ella, pero ninguna de estas era ni la mitad de interesante que mirar a Juliana. "Pareces emocionada", dijo, preguntándose el tipo de canción que estaba tarareando su novia.

"Lo estoy", respondió Juliana, moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Ella sonrió y apoyó su hombro contra el de Valentina. "No puedo esperar para oír los latidos del corazón de nuestro bebé", susurró.

"¿Ya te dije cuanto te amo?", Valentina preguntó, sonriendo, feliz de tener a alguien como Juliana en su vida.

"Creí escucharlo en la mañana", susurró Juliana, nada podía empañar su sonrisa. "Pero me gustaría volver a escucharlo".

"Te amo, demasiado", dijo la castaña, feliz de ver a su novia sonreír.

"Y yo te amo a tí, Val. Mucho más".

La palma de la mano de Juliana se detuvo en el pequeño vientre, casi imperceptible de Valentina y lo acaricio por encima de la ropa suavemente con la yema de los dedos.

El corazón de Valentina se hincho de amor, era un pequeño gesto que Juliana comenzó a hacer desde hace algunos días y que para la castaña significaba mucho.

"¿Señorita Carvajal?".

"Sí, estoy aquí", respondió Valentina, poniéndose de pie. Vio que los ojos del médico se dirigían rápidamente a Juliana. "Con un amiga", agregó con cierta vacilación, esperando no herir los sentimientos de su novia. Su relación aún era un secreto y Valentina no quería exponer a Juliana ni mucho menos a su futuro bebé a escarnio público, por el que ella muchas veces había pasado.

"Juliana Valdés", dijo Juliana con una sonrisa educada, extendiendo una mano para saludar.

El médico le devolvió la sonrisa y estrechó la mano de Juliana. "Doctor López", dijo, soltando la mano de la pelinegra. "Por aquí, por favor", dijo, señalando un consultorio cercano, que tenía su nombre escrito en la puerta.

Valentina se sentó en la cama médica y subió su camisa para la ecografía. El gel estaba frío y pegajoso cuando el médico le puso un poco en el estómago.

Juliana le tomo la mano a Valentina mientras el medico encendía la maquina para el ultrasonido. Las imágenes comenzaron a visualizarse en el monitor.

"Ahí está", susurró Juliana, sonriendo a la pantalla.

"Dieciséis semanas de embarazo", dijo el doctor López. "¿Cómo se siente, señorita Carvajal?".

"La verdad, me siento maravillosa y emocionada".

El doctor López se rió entre dientes. "Eso es genial, pero ¿cómo te sientes físicamente? ¿Algún problema con las náuseas matutinas?" preguntó, mirando la pantalla.

Valentina miró la pantalla, asombrada por la pequeña mancha que era su bebé; junto con la señal añadida de latido del pequeño corazoncito. Una vida estaba creciendo dentro de ella. No pudo contener las lágrimas. Esto estaba sucediendo tan rápido. Estaba embarazada de cuatro meses y en cinco meses, más o menos, iba a ser madre, junto con Juliana.

Juliantina (Mini Historias) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora