Casi un mes había transcurrido desde la última vez que estuve junto a Eren en persona, desde ahí en adelante, solo había recibido un par de llamadas con una duración escasa. No estaba molesto por lo poco que estábamos pasando juntos, de hecho, esto solo me hacía pensar que muy pronto no tendríamos que volver a separarnos.
Había estado tratando de hacer cosas que en un pasado dejé de hacer, una de ellas fue haber ido a visitar la tumba de mis padres, otra fue que volví a trabajar en el hospital, que para mi satisfacción, no fui interrogado por ninguno de mis compañeros, al contrario, me sentí tan feliz de que hayan intentado de todo por hacerme sentir a gusto de nuevo.
Supongo que de alguna manera, las cosas mejoraron luego de haber estado alejado de este lugar, ahora el único problema recaía en que extrañaba infiernos al mafioso.
Lo extrañaba tanto que en ocasiones resultaba estresante.
Amor... oh sí, ese sentimiento que me podía subir a las estrellas con una sola mirada de mi persona especial, pero que a la vez, con una sola palabra mínimamente hiriente, podía hacerme caer en cuestión de un abrir y cerrar de ojos. A pesar de que fuera una emoción que te hacía sentir y vivir hermosas experiencias o altibajos, jamás me arrepentiría de sentirlo, y mucho menos por la persona en que lo sentía.
En estos últimos días había llegado a una conclusión, y esa fue que el único sentimiento que podría rebasar sin problemas al amor, era un amor libre... Por eso deseaba tanto uno.
Porque sí, siendo realista, mi amor con Eren no era libre. Él se encontraba tan malditamente atado a la vida que llevaba gracias a su pasado y acciones, en la cual no podía permitirse dejar de lado un día cualquier, no, solo podría hacerlo de una manera riesgosa, y eso estaba quedando más que claro con lo que se hallaba haciendo.
Traté de borrar el anterior pensamiento, no quería comenzar a navegar en ellos de nuevo, porque siempre que tenía que ver con la vida de Eren, terminaba por sentirme tan triste de no poder hacer algo al respecto.
Sin poder evitarlo, a mi mente solo llegó el recuerdo de como conocí a Eren. Cuando simplemente solo quise actuar frío frente a él, queriendo demostrarle que no le temía a pesar de que en el fondo me estaba muriendo por su imponente presencia, e incluso que en un inicio llegué a considerarlo un enemigo por hacer todo lo contrario a mis valores... los cuales al final mandé directo a la basura.
Mi vida había cambiado tanto desde que conocí a Jaeger, literalmente dio un giro completo, y no podía sentirme más que feliz de que eso haya sucedido.
El timbre de mi casa sonó, incluso pensé que se estaba volviendo una costumbre que justo alguien tocara la puerta cuando me disponía a tomar té y relajarme, sin embargo, aún a regañadientes me dirigí hasta ella con el objetivo de atender a quien fuera que estuviera. Lo que fue algo impresionante, fue ver que detrás de la puerta se encontraba Eren acompañado de Erwin.
Abrí mis ojos tal cual platos y mis labios se separaron un poco, pero preferí ignorar eso y me lancé al cuerpo del castaño, quien lo sentí levantar sus brazos, sin embargo, pareció arrepentirse, porque de inmediato los bajó y no correspondió a mi abrazo, aunque no presté atención a eso, y lo adentré a mi casa con la intención de hablar con él.
-Te he extrañado tanto-Susurré sobre sus labios, dejando un beso en ellos e ignorando la presencia de Smith-No tienes una idea de cuanto-Solté con una pequeña sonrisa, sin embargo, esta se esfumó al ver su rostro serio y cuerpo rígido-¿Qué sucede?-Pregunté sin alejarme.
Lo miré atentamente en un intento de querer averiguar con mis ojos si le pasaba algo, no obstante, su aura no me gustó en absoluto. Sus ojos no querían encontrarse con los míos, sus manos se negaban a corresponder mis caricias y prácticamente todo él se hallaba indiferente a mi cercanía, como si no deseara que estuviera tan cerca.
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In the hands of the enemy. (EreRi)
FanfictionUn doctor atravesando por la peor etapa de su vida, con la mínima esperanza de que su situación mejore; vive su vida sin mucha entusiasmo. Como cualquier día "normal" en su aburrida rutina diaria, sale a trabajar con pesadez mental. Sin embargo, mie...