EREN .
No me sentía seguro del plan de Zeke, lo admitía sin ningún tipo de vergüenza, la sola idea de estar recibiendo ayuda de la policía me hacía dudar de que en algún punto Reiner podría enterarse de que planeamos atraparlo, porque digamos que la lealtad de esos policías de cuarta, no era la mejor.
Me sentía tan malditamente inseguro de saber que cualquiera de esos oficiales podría ir a soltarle a Braun todo lo que hemos planeado, yo sabía que esos hombres perdían toda lealtad que tuvieran a cambio de unas cuantas monedas, yo mismo tenía varios contactos dentro de la policía, y gracias a ellos jamás me habían atrapado. Es decir, ¿qué me garantizaba que Braun aún no supiera de lo que planeamos?, él fácilmente podría tener ese conocimiento ahora, esperando pacientemente a que nosotros comencemos a llevarlo a cabo, para luego atacarnos en pleno acto.
El estrés no me dejaba de lado, y aunque esperaba que todo saliera bien, nadie podría retirar esa preocupación de mí a menos que ya lo hallamos terminado.
Intentaba ser positivo y estar de acuerdo en todo, pero por una maldita mierda, simplemente me carcomía lenta y dolorosamente la idea de que todo saliera mal. Sí, supongo que después de todo lo vivido, me resultaba inevitable no ser pesimista en muchas cosas.
Pero en realidad, ¿de qué me servía el optimismo si conocía la realidad?
Si estuviera exclamando a los cuatro vientos que todo estaba cien por ciento seguro de salir perfecto, sería un estúpido soñador que no tenía bien puestos los pies en la tierra. También había una posibilidad de que todo acabara bien, sin embargo, esta se me hacía nula.
Realmente no tenía idea de que haría en dado caso que Reiner descubriera el plan, no obstante, tampoco podía quedarme a la expectativa, necesitaba comenzar a idear un plan B lo antes posible, no importaba cuan agobiado me sintiera, tenía que hacerlo, mi felicidad junto al hombre que amaba tendía prácticamente de un delgado y fino hilo, que no podía permitirme cometer estupideces o dejar todo en manos de Pixis.
-Necesitas confiar, hijo-Escuché aconsejar a mi madre, a quien hace unos segundos le había hablado acerca de mis preocupaciones-A veces debemos arriesgarnos para saber si a cambio obtendremos los resultados que deseamos. No ganarías nada quedándote observando o esperando más tiempo.
-Lo sé, pero... no importa-Traté de sonreír-Lo haré de todos modos, ya no hay vuelta atrás. Le prometí a Levi que me alejaría de esta mierda de vida, y lo voy a cumplir. Muy pronto estaremos lejos de todos los problemas, tendremos vidas tranquilas como las de cualquier otra persona.
-Así se habla-Dijo, dando palmaditas en mis hombros-Ahora que lo pienso, Levi ha sido la única persona de la que te has enamorado-Abrazó mi cintura.
-Es cierto-Recordé con una tonta sonrisa-Me hace tan feliz estar enamorado de él.
-Es bueno, aunque yo diría que perfecto para ti-Contó mientras cerraba sus ojos con dulzura-Es lindo, pero también tiene un carácter del demonio cuando se lo propone. Una mezcla inigualable para una persona tan explosiva como tú.
Sonreí porque tenía toda la razón.
La miré con atención a través del espejo en el que nos reflejábamos, notando que algunas arrugas ya se percibían en su hermoso rostro, aunque era de esperarse, a su edad ya resultaba normal, y de hecho, se veía más joven de lo que debería aparentar. No importaba su edad, ella continuaba tan hermosa a como cuando era joven.
Un nudo en mi garganta se sintió tan intenso. Era doloroso saber perfectamente que no fui consciente de lo rápido que habían pasado los años, y todo gracias a que siempre estuve tan ocupado encargándome de que los negocios con las demás mafias salieran impecables. Pero a pesar de mi falta de atención a mi propia madre, ella aún seguía a mi lado, apoyándome incondicionalmente y esperando a recibir las migajas de atención que podía brindarle.
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In the hands of the enemy. (EreRi)
FanfictionUn doctor atravesando por la peor etapa de su vida, con la mínima esperanza de que su situación mejore; vive su vida sin mucha entusiasmo. Como cualquier día "normal" en su aburrida rutina diaria, sale a trabajar con pesadez mental. Sin embargo, mie...