Capítulo 21

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No creía conveniente seguir deambulando por las calles ahora que se estaba poniendo oscuro, además, ya había pasado casi todo el día de ahí por allá viendo que llamaba mi atención, comprando cosas y comiendo en puestos interesantes que no había visto antes de que Eren me haya raptado.

Bien, no había casi nada nuevo, pero en conclusión, aunque fueran pocos los establecimientos nuevos, me había divertido pasando por todos.

Desde que había vuelto a Alemania me percaté de que ya no sentía el lugar como mi hogar, no lo sentía tan desconocido, debido a que cuando estaba en casa del castaño, aún continuaba saliendo a las calles de Alemania algunas veces, pues mayormente iba a otros lugares fuera de Alemania en compañía del mafioso. El punto es que ya no me sentía tan familiarizado con el sitio, así que haber salido, me ayudó mucho en volver a sentirme como si jamás me hubiera ido.

Dejé las bolsas en la cajuela de mi auto, el cual volví a cerrar cuando caí en cuenta que me hacía falta un ingrediente para la cena, por lo que tendría que regresar a la tienda a comprar dichoso elemente o la comida terminaría por ser una basura.

Me encaminé con fastidio hasta la tienda, sintiendo de repente un ambiente tenso por lo rápido que se habían quedado vacías las calles, pocas eran las personas que caminaban, me resultaba impresionante como en un par de minutos podía oscurecer tan rápido.

Quizás me habría seguido cuestionando lo increíbles que son los atardeceres y anocheceres en la ciudad donde vivía, sin embargo, no todo se da como imaginamos, por lo que deje de hacerlo cuando escuché unos pasos cercanos detrás de mí, para luego voltear a verificar si estaba en lo correcto, y ver como un hombre se escondía en un callejón, sin darme chances de poder apreciar su rostro.

Este tipo de acciones son los que, aunque para algunas resulten un tanto indefensas, para otras personas como yo, son demasiado perturbantes. Así que con ese pensamiento en mente, aceleré mis pasos, siendo consciente que esos callejones conectaban entre sí, y si el extraño decidía alcanzarme sin que me percatara, lo lograría a la perfección.

Prácticamente, corrí algunos metros, volteando hacia atrás para darme cuenta si aún seguía ahí, cuando no lo vi, decidí seguir caminando normal. Solo hacía falta pasar a lado de un callejón más y estaría seguro. Pasé con tranquilidad, pensando que ya nada sucedería, aunque estuve equivocado, mi corazón palpitó como nunca cuando una mano tomó mi brazo y me jalo hasta el callejón, arrinconándome contra uno de los muros.

Cerré mis ojos, esperando lo que tuviera que venir, con el miedo invadiendo todos mis pensamientos. Ni siquiera me permití pensar en nada, quedé en blanco sin tener idea de que hacer.

-No tengas miedo, bonito-Fue lo que dijo.

Y solo bastó eso para que abriera los ojos con coraje, encontrándome con la sonriente cara de Jaeger, la cual no duró así por mucho, pues el puñetazo que estampé en su rostro la borró por completo.

-Idiota, casi muero del susto-Exclamé, aun siendo acorralado por sus brazos-¿Te dolió mucho?-Comencé a sobar su mejilla.

Sí, me arrepentí de haberlo golpeado al ver su rostro impresionado. Mierda, me era casi inevitable no tener cierta debilidad con este hombre.

-Me golpeas porque sabes que no te haré nada-Soltó en compañía de una pequeña carcajada.

-Por supuesto-Afirmé, dejando un casto beso en su nariz-¿Qué haces aquí?, no deberías haber venido, puede ser peligroso-Una sonrisa traviesa se dibujó en su atractivo rostro.

-No me importa-Lo miré mal, a lo que me dio una mirada de perrito triste-Necesitaba verte, te extraño demasiado.

Inevitablemente, sonreí por sus palabras. Yo también lo extrañaba bastante, pero eso no quitaba el hecho de que se estaba arriesgando al venir como si nada, más aún siguiéndome de forma misteriosa, por lo que intenté continuar con mi papel de molestia, dirigiéndole miradas severas, pero esto ni siquiera lo hizo verse triste, más bien, sonrió con malicia.

In the hands of the enemy. (EreRi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora