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Jennie todavía sentía el estómago revuelto, apretado dolorosamente incluso después de que pasaran tres horas desde esa llamada

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Jennie todavía sentía el estómago revuelto, apretado dolorosamente incluso después de que pasaran tres horas desde esa llamada. Era ya de madrugada, pero no había podido pegar ojo pensando en todo lo que le contó SeokJin. Lo único bueno de todo aquello era que las cachorras estaban acostadas, por lo que no vieron el lamentable estado en el que se encontraba. Vomitó cinco veces, pero las náuseas no cesaron, provocando que la bilis saliera de su boca una vez que su estómago quedó completamente vacío. El ardor en su garganta no fue nada comparado con el malestar que traía consigo desde que su suegro le dio la noticia.

Apenas abrió la boca mientras SeokJin la ponía al corriente de la situación, demasiado ocupada en contener las arcadas y no vomitar.

JiSoo viajaría a Estados Unidos.

SeokJin le explicó los motivos, y Jennie no sabía qué pensar al respecto. Al parecer la policía se estaba tomando muchas molestias en descubrir si su matrimonio seguía en pie, pues no todos los días un omega casado huía de Corea con los cachorros sin la compañía de su alfa.

Jennie rompió en llanto cuando supo que JiSoo estuvo firmando los permisos para que ellas pudieran permanecer en el extranjero, mintiendo a las autoridades y sosteniendo ella sola toda una mentira para que no las investigaran. ¿Qué podía significar eso? ¿Acaso JiSoo... acaso ella... la seguía amando?

Se hizo esa pregunta en bucle durante horas, aterrado ante la posibilidad de que JiSoo no la odiara como creyó todo ese tiempo. Porque eso era lo normal, ¿cierto? JiSoo la odiaba por abandonarla y llevarse a sus hijas, y entonces, buscaría otro omega con el que casarse para olvidarla. Pero en el relato de SeokJin no hubo nada de eso.

—Fueron unos meses muy duros.

Jennie asintió entre lágrimas, porque ella había vivido exactamente lo mismo desde que partió de Corea. Y cuánto más le contaba SeokJin, más fuerte era el llanto. Tuvo que esconderse en la cocina, (el lugar más alejado de las habitaciones de las cachorras), para no despertarlas. Al parecer JiSoo continuaba sola, no mostró ningún interés en conocer a algún omega de su oficina o incluso en una cita a ciegas. Jennie no supo cómo tomarse esa información.

Por un lado, le asustaba y le sobrecogía pensar que JiSoo la seguía amando y que por eso no conoció a nadie, pero por otro lado, hubiera sido mucho más fácil para ella escuchar que JiSoo rehízo su vida con otro omega, que vendió la casa y desechó de todos sus recuerdos con ella, porque eso significaba que su historia tocó su fin de una vez por todas. Hubiera sido más fácil que la odiara por lo que había hecho.

Pero la realidad era otra de muy distinta.

Y le dolía. Le dolía pensar en JiSoo y en todo lo que vivieron juntas.

No quiso saber la fecha exacta en la que JiSoo llegaría a Estados Unidos, bastante atormentada se encontraba ya con esa bomba de información que le cayó encima de un día para otro.

four seasons Ꮺ jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora