Dónde Jennie es una omega típica que sólo se dedica a su esposa y a sus hijas.
Pero su sueño de una familia feliz se rompe cuando ve que ha estado luchando por un amor que ya está roto desde hace mucho, mucho tiempo.
jennie + jisoo
(jensoo)
angst...
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Jennie tardó unos segundos en procesar lo que su hija le había dicho, antes de abrir los ojos gracias a la sorpresa.
Lalisa. Embarazada. Oh, Dios.
La impresión fue incluso peor que si Rosé se hubiera enterado de que su madre estaba allí en Nueva York. Ni siquiera sabía cómo tomarse esa noticia, porque no tenía forma alguna de prepararse o anticiparse. ¿Qué debía hacer en un caso así?
Miró a su hija detenidamente, comprendiendo ahora por qué esos últimos días había estado distanciado de ellas.
—Cuéntame qué pasó —pidió con calma.
Rosé procedió a relatar todo desde el inicio, es decir, desde la fiesta de cumpleaños hasta su pelea con Lalisa por querer abortar.
—Sólo lo sabe SullYoon —añadió en voz baja.
Jennie la escuchó con atención y sin interrumpirla. Tenía muchas cosas que decir al respecto, pero intentó poner un poco de orden en su cabeza.
El primer impulso era regañarla, era claro, pero la omega no se sentía con fuerzas para eso en aquel momento. Sabía que el regaño sólo serviría para hacer sentir peor a Rosé, que parecía a punto de llorar frente a ella. Así que sólo la abrazó, soltando su aroma materno, y quizás eso fue suficiente para que su hija se quebrara y rompiera en lágrimas.
—Ya, está bien, cachorrita —le susurró, cariñosa—, no estoy enfadada, ¿vale? No estoy enojada.
—No quería... no quería de-decepcionarte —sollozó Rosé.
—No, ¿qué dices? —Jennie le acarició el cabello—. Tampoco estoy decepcionada. Tal vez un poco triste, pero no decepcionada.
—Mamá...
Rosé sólo lloró otro momento, con Jennie consolándola a pesar de que ya fuera tarde y estuviera cansada. Ella sabía que a su hija mayor le tuvo que haber costado demasiado agarrar el valor necesario para hablarlo, e iba a respetar ese espacio que ella buscó para contarle lo que pasaba con su vida. En especial, que fuera capaz de confesarle lo que estaba ocurriendo con su novia y esa situación en particular.
Jennie no se lo había esperado para nada. Es decir, ella podía imaginarse que Rosé inició su vida sexual, pero no creía que debía preocuparse por eso. Su hija mayor era la más responsable de las tres (ChaeWon no contaba, porque era una bebé todavía) y también tuvieron la conversación cuando empezó a salir con Lisa. Ella se preocupó de que Rosé supiera sobre los métodos anticonceptivos y la necesidad de usarlos.
Aunque tal vez sí fue su culpa. De las cuatro cachorritas, siempre se preocupó un poco menos de Rosé porque era la mayor y, además, la alfa. Era la que maduró más rápido y quien tuvo que hacerse cargo como alfa de la manada. Incluso en Corea, fue la misma Rosé quien marcó una línea de privacidad cuando empezó a crecer. No quería que mamá fuera pegajosa con ella, ni mucho menos la tratara como una bebé en la secundaria. Por supuesto que las cosas cambiaron cuando llegaron a Estados Unidos, pero allí también Rosé no se permitía ser débil. No le gustaba llorar frente a los demás y a Jennie le recordaba tanto cuando JiSoo trataba de hacerse la dura al ver insectos o cuando iban al zoológico y entraban a la sección de reptiles.
