Alessandra da la impresión de estar luchando entre su deseo de escapar de su realidad y su determinación de no dejarse dominar, mientras que Dominik está dispuesto a desafiar todo por la atracción y el amor que siente por ella, incluso sus propios p...
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D O M I N I K
He estado de mal humor, desde que recibí la llamada de Sebastián, y aún más cuando Nadia interrumpió mi conversación con la chica del restaurante. Tenía mucha curiosidad por saber más de ella. A decir verdad nuestro encuentro no duró más de uno o dos minutos pero sentí que la conocía desde antes, solo que no recuerdo en donde la he visto, pero de algo estoy seguro la he visto antes de tropezar.
En el restaurante la observé desde la segunda planta, no pude apartar la mirada. Ella miraba la comida pero no hizo ningún esfuerzo por disfrutar de ello, quizá la incomode. Me quedé esperando a que me devolviera el post-it con alguna información útil pero se fue sin dejar pista alguna, dejándome únicamente con el recuerdo del color de sus ojos, celestes como el cielo.
Joder no se que hago pensando en una mujer, esa mujer probablemente nunca la vuelva a ver.
Estoy de regreso en la casa con tiempo suficiente para darme una ducha, y tomar algo de café hoy tendré una larga noche. Además, tengo que asegurarme de que todo marche bien después de hoy no tendré mucho tiempo para estar al pendiente de mi familia, tengo que hacerme cargo de los negocios de mi padre lo antes posible y encargarme de los traidores personalmente, y podré descargar el peso que llevo encima con ellos, voy a disfrutar cada segundo del sufrimiento de los bastardos.
🐉🥊🐉
—No, Dom esto no puede ser posible, vamos tarde por tu culpa —refunfuña Nadia desde la cocina, la sigo con la mirada, va de un lado a otro con una mano en la cadera y la otra en el celular se dirige al refrigerador por una botella de agua.
—un momento tesoro tengo que asegurarme de que todo vaya al pie de la letra, nada puede salir mal, es tu noche ¿recuerdas? —digo tratando de poner atención a la pantalla frente a mi, llevo sentado en la isla de la cocina los últimos treinta minutos asegurándome de ver hasta el mínimo detalle de cada cámara de vigilancia.
—Agh, seguramente para cuando lleguemos me habré perdido la mitad de la presentación, ¿y donde demonios esta metido Kaiza?
—Principessa, todos en esta casa sabemos que si vamos a llegar tarde es por tu culpa — escucho a mi hermano desde algun lugar de la sala de estar, continúa— pasaste el resto de la tarde probando vestido tras vestido, para terminar usando algo parecido al atuendo de "Adam sandler" —salgo de la cocina para tropezar con la a mirada divertida de Kaiza que esta recostado en el sofá negro, que se camufla bien con el color de su ropa, me río de su comentario porque quiera o no tiene algo de razón.
Llegamos al lugar, que se encuentra abarrotado de personas, si tuviera que compararlo con algo, un volcán de hormigas sería la descripción perfecta para llamarle a esto. Hago una nota mental para recordarme que esta sea la primera y la última vez que acceda a ir a un sitio expuesto como este en el que cualquier cosa puede pasar.
