capitulo 7

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A L E S S A N D R A

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A L E S S A N D R A

Ha pasado un mes desde mi viaje al concierto, fue una experiencia maravillosa. Y bueno yo regresé a mi monótona y aburrida vida en Italia.

La única diferencia fue que mi padre me asigno un guardaespaldas porqué no se fiaba por el pequeño ataque, cuando creí haber visto a Cipriano. Le supliqué y le rogué de la manera más amable que me dejará ser libre de nuevo o de ser así el guardia me volvería loca y accedió a retirar al guardia después de dos semanas, ugh.

Los libros fueron los que me mantuvieron cuerda, aún sigo sin entender como es que hay personas que odian y juzgan la lectura.

Últimamente he estado trabajando sin parar de nuevo, a petición de zio Carlo tengo algunos días de trabajo en la panadería y estar ocupada le hace bien a mi mente, para no pensar más en el alto y bronceado asiático que hablaba italiano. Extrañamente se ha colado en mis pensamientos desde ese día. Y ¡Oh sorpresa! Estoy viva, resulta ser que solo era alguien amable y atento que se disculpó conmigo con hechos. Agradecí las disculpas, porqué estar en el backstage con mi grupo favorito se sintió tan irreal y ese momento siempre estará en mi memoria.

Después de salir del backstage se ofreció a llevarnos a Angie y a mí al hospedaje.

—no es necesario señor Dominik, pediremos un taxi. —le dije

—Nada de taxis a estas horas de la noche. Luca trae los autos por favor —. Le ordenó al guardia mientras estaba al pendiente de la pantalla de su celular.

—p-pero en serio no era necesario... —dije en un susurro más para mi qué para él, mientras lo seguía.

—Wow... ¿este es tu auto? —preguntó An con asombro, soltándose de mi agarre para inspeccionar el auto que se estacionó frente a nosotros.

—Angie, espérame —susurro mientras agarro el brazo de mi mejor amiga justo cuando estamos delante del lujoso auto.

—sí éstos son de mi propiedad.

—¿éstos? —pregunté con una ceja arqueada mientras me veía con esos penetrantes ojos dorados, porqué a la luz de la noche se veían más con destellos dorados que castaños.

Desvíe la mirada para ver como otros cuatro Range Rover se estacionaban detrás del primero. Casi se me cae la mandíbula. En serio debe de ser rico. Claro yo también podría comprarme varios autos por capricho pero me rehúso a usar el dinero que mi padre pone cada mes en mi cuenta bancaria, porqué ese dinero ha sustituido siempre el cariño que necesite de él. Rápidamente me deshice de mis pensamientos y me apresuré a preguntar:

—¿esta bien que nos lleve, no tendrá problemas con su novia?

—¿cuál novia? —dice de repente la chica castaña que ha estado a su lado durante toda la noche. La misma que lo llevó a rastras en el restaurante.

CORAZÓN MAFIOSO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora