D O M I N I K
-Es un gusto tenerlo aquí señor Vitale, soy Antonio -. Un hombre con destellos de cabello blanco me recibe con un apretón de manos. Y los demás hacen lo mismo.
Son cuatro hombres y una mujer. Ella tiene un aspecto amable y parece tener menos de cuarenta años. De los hombres, dos lucen notablemente más jóvenes que los otros.
Previamente investigué a cada uno de ellos para conocer con quiénes iba a tratar.
Tomé asiento en la cabecera de la mesa, frente al extremo opuesto donde se encuentra el señor que me saludó primero, Antonio, un hombre de mediana edad con expresión confiada y un gesto amistoso. A su derecha está Meisy, la única mujer en la sala, con una mirada perspicaz y profesional que refleja su experiencia en negocios internacionales. A la izquierda de Antonio está Carlos, un hombre joven que se ve con un entusiasmo contagioso él esta a cargo sobre toda la tecnología aplicada en las plataformas de la empresa. Al lado de Carlos se encuentra Biondo, un ejecutivo serio pero con una mirada observadora que denota su atención a los detalles financieros. Y al final de la mesa está Marcelo, el más experimentado del grupo, cuya calma y tranquilidad sugieren un liderazgo. Basado en la información que encontré, él tiene la experiencia para tomar el cargo de la empresa mientras Alessandra se prepara para asumir el cargo.
-Hola a todos, gracias por su puntualidad -dice Alessandra mientras que Luca la ayuda a quitarse el abrigo.
Santa mierda...
Así que esta es una buena manera para llamar la atención. Lo que escondía debajo del abrigo era un diminuto conjunto azul marino, muy elegante. Una falda muy corta ajustada con una abertura en el muslo. Y un chaleco de sastre con una camisa blanca adherida, el escote bastante prominente dejando a la vista la curva de sus pechos. Lleva los últimos botones del chaleco desabrochados dejando ver algo de piel en su abdomen.
-Bien, empecemos -dice Antonio, aclarándose la garganta e interrumpiendo el incómodo silencio.
No presto atención a Antonio mientras observo a una tímida Alessandra buscando un asiento entre los presentes.
Los líderes deberían sentarse en las cabeceras, pero ocupé uno de esos lugares mientras que Antonio se sentó en el otro. El idiota aún no reconoce el verdadero poder de mi mujer, y ha ocupado el lugar que le corresponde a ella.
Sin preocuparme por las opiniones ajenas, lo interrumpo bruscamente:
-Ven aquí, "mi amor" -Alessandra se queda quieta por un momento, pero sin pensarlo mucho, se acerca a mí y extiendo mi mano para que se apoye en ella-. Siéntate conmigo.
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CORAZÓN MAFIOSO ©
RomantizmAlessandra da la impresión de estar luchando entre su deseo de escapar de su realidad y su determinación de no dejarse dominar, mientras que Dominik está dispuesto a desafiar todo por la atracción y el amor que siente por ella, incluso sus propios p...