♧ Capítulo 13 ♧

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A L E S S A N D R A

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A L E S S A N D R A

Finalmente estoy en casa, hace una hora salí. Tomé mi patineta con dirección hacia el restaurante donde había trabajado hasta hace unas semanas. Iba para entregar mi carta de renuncia y despedirme de Valerio el anfitrión. Quien a pesar de su carácter fuerte, conmigo siempre fue amable. Ciertamente extrañaría el ambiente del lugar y la paz y satisfacción que sentía en mi trabajo, pero las cosas han cambiado drásticamente.

El gerente recibió mi carta y cuando salí de su oficina. Valerio me esperaba, él me abrazó con ojos preocupados para consolarme y expresó sus condolencias por la muerte de mi padre. Le agradecí y le aseguré que estaba bien. Entonces, rápidamente me contó cómo el día de la cena con Dominik, valerio le ofreció café a mi padre mientras esperaba en la recepción.

Le pedí ver las imagenes de seguridad a lo que se ofreció amablemente.

Mi padre estaba en la recepción, charlando y bromeando de manera despreocupada. De pronto, su rostro se transformó en furia al ver algo en su celular. Sin decir una palabra, marcó un número y salió apresuradamente del restaurante. No dije nada solo contuve las lágrimas para no preocupar a Valerio y me despedí. Ver la última noche en la que mi padre estaba con vida. Hizo que estuviera más decidida a pedir la ayuda de Dominik.

Después de salir del restaurante pasé por la panadería en busca de zio Carlo. Pero sigue cerrado y no responde mis llamadas. A decir verdad quería al menos contarle mi plan a alguien. Pero me veo en la obligación de guardarmelo para mí.

Subo a mi habitación para dejar mis cosas y darme una ducha antes de llamar a Luca para que le informe a su jefe que necesito hablar con él, ya que no tengo su información de contacto.

Entro al baño y preparo la bañera con una bomba de espuma con aroma a lavanda. Necesito un buen rato en el agua con un libro y música para despejar mis pensamientos. Mientras se llena la bañera, reproduzco en mi playlist "Slow down" de chase atlantic subiendo todo el volumen. Observo el desorden de mi habitación,  ropa sucia, pinturas y libros esparcidos por todas partes. Solo recojo y ordeno los libros, que para mí son sagrados; lo demás puede esperar.

Busco entre los cajones las tijeras para recortar mi flequillo, pero no las encuentro. Opto por unas enormes tijeras que suelo usar para abrir las cajas de mis compras impulsivas en línea. Lo último que me pedí fueron unas botas Wolf que sigo sin usar porque aun no se andar muy bien en tacones.

No sé cuánto tiempo llevo en la bañera. Estoy enganchada a una lectura cuestionable y seguiría leyendo si no fuera por el sonido insistente de mi celular, que lleva sonando un minuto sin parar.

Salgo del baño sin coger una toalla, sabiendo que estoy sola en casa y en mi habitación. Veo un número desconocido parpadear en la pantalla de mi celular. Dudo en responder, pero podría ser alguien relacionado con la empresa, así que decido contestar.

CORAZÓN MAFIOSO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora