♤ capítulo 12 ♤

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A L E S S A N D R A

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A L E S S A N D R A

De pie en medio de mi habitación en Italia observo los tonos de color pastel opacos de las paredes que le dan un ambiente sereno. En un rincón se encuentra mi patineta, mi último pasatiempo favorito para desconectar del mundo exterior. Las sábanas de mi cama están revueltas, reflejando mi naturaleza un poco caótica.

A pesar de que la habitación está un poco desordenada, con todas mis botas y converse esparcidas por el suelo, siento que es un reflejo de mi personalidad creativa y despreocupada. Los posters de mis banda favorita y las fotos de las personas más especiales de mi vida colgadas en las paredes le dan un toque personal y acogedor.

En mi escritorio, hay pinceles y lienzos apoyados contra la pared, listos para ser usados en cualquier momento de inspiración. También tengo una pequeña colección de velas con aroma a lavanda para crear una atmósfera tranquila y relajante.

A pesar del desorden, mi habitación es mi refugio, donde puedo ser yo misma sin preocuparme por las apariencias. Es un lugar donde puedo relajarme, crear y simplemente ser libre. Aunque admito que no tengo talento en las artes pero se han vuelto mi desahogo personal.

Mi padre falleció a causa de heridas de bala que perforaron parte de sus pulmones y se acercaron peligrosamente al corazón. Sucedió en el hospital dos días después de la noche en la que me encontré con Dominik. Su guardaespaldas también resultó gravemente herido y está en coma.

Todo me parece tan irreal. Ni siquiera he podido hablar con la abuela y Angie. No sé dónde diablos quedó mi celular después del atentado. Y lo único en lo que no puedo dejar de pensar es que ahora estoy completamente sola. La sensación empieza a sentirse abrumadora. Me pregunto si podré soportarlo todo, si podré ser fuerte cuando me siento tan frágil por dentro.

Desde que vi el cuerpo inerte de mi padre en el suelo, y escuchar de sus labios decirme "mi principessa" no he mostrado ni sentido ninguna emoción. Me siento vacía.

Aunque nuestra relación no era la mejor, ahora me doy cuenta de cuánto dependía de él.

Con su muerte, un peso abrumador de responsabilidades cae sobre mis hombros. La empresa familiar, las decisiones financieras y aún no estoy segura de cuantas cosas más; todo recae sobre mí, como si de repente me hubiera convertido en la adulta que nunca estuve lista para ser. Porque estuve equivocada, por dentro todavía sigo siendo esa niña a la que la vida le arrebata cada oportunidad.

Cierro los ojos y trato de encontrar algún atisbo de fortaleza, algún hilo de esperanza en medio de este torbellino de momentos inesperados.

Me imagino sentada en un parque al lado de mi mejor amiga comiendo los tradicionales shucos  (Hot dog), observando a las palomas que vuelan libremente y descansan en la hermosa fuente que está situada en medio del lugar, los niños con sus risas contagiosas jugando y alborotado a las palomas...

CORAZÓN MAFIOSO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora