Alessandra da la impresión de estar luchando entre su deseo de escapar de su realidad y su determinación de no dejarse dominar, mientras que Dominik está dispuesto a desafiar todo por la atracción y el amor que siente por ella, incluso sus propios p...
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A L E S S A N D R A
La abuela y Angie llegaron seguras a Bari. Durante el día, las llevé a los lugares más concurridos. Fue una jornada larga pero que valió la pena. Me habría gustado pasar más tiempo así con ellas mucho antes de que mi vida tomara giros inesperados.
Durante el vuelo, ambas tuvieron la oportunidad de conocer a Dominik. Él se ofreció personalmente a velar por su seguridad después de que las noticias sobre nuestro compromiso se descontrolaran. Con los reporteros acechándome día y noche, tuve que llamarlo y pedirle que se encargara de ellos. No podía recibir a mi familia con tranquilidad si las cámaras estaban encima de mí. También esta última semana se quedó en mi casa y cada día almorzabamos o cenabamos juntos para tratar de conocernos mejor y guardar las apariencias.
Estuve teniendo algunas pesadillas, y al despertar con el corazón a mil, lo primero que vi fue a él calmandome. Y algo dentro de mi al menos se tranquilizó por su presencia.
Parece que a la abuela le encantó la presencia y el encanto de Dominik. Me dijo que, además de ser guapo y rico, era todo un caballero con modales impecables y que ciertos aspectos le recordaban a mi difunto abuelo.
Finalmente llegamos a mi casa en donde se quedarán durante el fin de semana. Debo volar a Roma por la segunda fiesta de compromiso y me niego a la idea de que mi mejor amiga y Maria se expongan ante los peligrosos invitados. Así que les dije que tenia unas cosas pendientes y estaría de regreso el domingo a primera hora.
—Tú casa es una maravilla ssandra —Escucho de repente la voz de mi mejor amiga que sale de recién darse una ducha con su pijama de seda verde.
—Sí, supongo que sí...
Me acerco con determinación donde Angie está sentada, viendo cómo se seca el cabello distraídamente. Decido que es hora de confesarle mi secreto, aunque estoy consciente de que podría perturbarla.
—Angie, hay algo que necesito decirte, pero por favor, trata de mantener la calma —le pido con voz serena, mientras ella levanta la mirada hacia mí con una sonrisa pícara.
—¡Ya lo sé! Lo supuse desde que llamaste y anunciaste tu compromiso. Estás embarazada y por eso te casarás tan repentinamente con ese sexy empresario —me suelta Angie con un tono de complicidad, pero mi expresión se vuelve más seria.
—No, Angie, no es por eso —respondo con calma, eligiendo mis palabras con cuidado antes de continuar— mi futuro esposo tiene una doble vida. Es... el jefe... —tomó un poco de aire antes de continuar y soltarlo de una vez por todas— ¡de la mafia italiana! Necesito casarme con él porque hemos firmado un acuerdo que nos beneficia a ambos, y necesito que mantengas este secreto porque no tengo a nadie más que a ti —. Confieso erráticamente en voz baja, esperando que entienda la gravedad de la situación.
Angie deja escapar un grito, lleno de sorpresa y temor —¡Estás bromeando! Deberíamos empacar ahora mismo para que la abuela, tú y yo podamos escapar lo más lejos posible. ¡Esto es demasiado peligroso! — exclama con urgencia, sus ojos buscando los míos en busca de una respuesta mientras va en busca de sus pertenencias.
