Jugando con fuego pt 1

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Capítulo 12.

Jugando con fuego

parte I

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Si con fuego juegas... las manos te quemas.

La puerta de un departamento se abrió, mostrando dos siluetas en el umbral que se adentraron una enseguida de la otra.

—Adelante, adelante, pasa, pasa...

Invitó la propietaria, mientras que el invitado pasó con algo de duda pues estaba muy oscuro en el interior; sin embargo, pronto todo se aclaró frente a él cuando las luces finalmente fueron encendidas.

"¿Realmente este es el departamento de Kayla?"

Hiccup quedó boquiabierto, viendo el lugar donde ahora residía "su novia", un departamento pequeño, pero definitivamente lujoso por la zona en donde se encontraba; se impresionó que le estuviera yendo tan bien en el trabajo y en tan poco tiempo, pues ese sitio no se parecía al antiguo lugar que tenía, previo al accidente y su rompimiento.

—¿Te gusta? —cuestionó Kayla, interesada en saber su opinión.

—Sí, es bastante lindo y se nota que también muy cómodo.

—No sabes cuanto, pero ven... ven siéntate.

Lo tomó de la mano y lo condujo hasta un sofá en donde lo hizo sentarse para que le diera su opinión.

—Es bastante cómodo. —repitió Hiccup, sin saber qué más decir, para él sólo era un sofá

—Sí, verdad... tanto como para...

Y de repente, Hiccup sintió como Kayla lo empujaba contra el sofá y se le montaba encima, comenzando una lujuriosa sesión de besos.

—Es...pe...ra... Kayla...—pidió Hiccup, tratando de detener lo que fuera que había comenzado su novia.

—Relájate, mi amor... ¿no quieres divertirte un poquito? —insinuó esta, removiéndose el saco y la blusa que tenía puesta. —Vamos a intentarlo ¿sí?

Sin darle oportunidad a responder, Kayla se le volvió a echar encima sin dejar los besos, Hiccup con ojos cerrados, muy forzosamente trató de seguirle el ritmo, pero algo en él simplemente no lo dejaba ceder a los placeres que la supuesta persona amada le daba.

—No, no.... no—se separó de ella y la empujó levemente para que le diera oportunidad de sentarse. —Kayla... no creo que sea el momento.

—Miaauu.... claro que sí.

Jugó la chica, tal cual una gata en celo y atrevidamente comenzó a forcejear con él para intentar removerle la camisa, Hiccup se resistió, sintiéndose más patético en el acto, pero resintiéndolo más cuando Kayla, accidentalmente, golpeó con su pierna la prótesis y el sonido hueco de aquel material le alteró los sentidos.

—¡QUE NO! ¡¿NO ENTIENDES?! —gritó, y sólo de esa manera logró que Kayla dejara el jugueteo.

— ¡¿Por qué no?!, ¿Por qué no quieres, Hiccup?

El veterinario se sacudió el cabello, sintiéndose frustrado.

—Para empezar...¡uno: Ya sabes que no puedo! Dos: ya te dije que no me siento cómodo. Tres: creo que vamos demasiado rápido.

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