˗ˏˋ 21 BibleBuildˎˊ˗

Capítulo 08

Build se despertó con la sensación de alguien acunándolo contra un pecho impresionantemente duro, como si fuera indeciblemente apreciado. Honestamente no podía recordar la última vez que un hombre lo había abrazado así.

Por no decir nunca.

Bible estaba envuelto por completo a su alrededor. Caliente. Seductor. Invitador. Protector. Era la clase de abrazo dulce y amoroso con el que sueñas encontrarte, pero que rara vez sucede. Durante un minuto, yació allí en completa saciedad.

Hasta que recordó quién era él.

Sundown Wichapas.

Criminal. DarkHunter. Asesino.

Enemigo.

Build se sacudió involuntariamente, lo que inmediatamente le hizo despertar y alzarse sobre los brazos para mirar a su alrededor, como si esperara que más coyotes saltaran por las paredes y los devoraran.

Cuando no vio una amenaza inmediata, le frunció el ceño.

—¿Todo bien?

Sí... Estaba tan increíblemente sexy en esa pose. Sus caderas se presionaban íntimamente contra las suyas, y sus brazos se abultaban con su fuerza bruta. Lo hizo ansiar la misma cosa por la que moriría antes de dársela.

—No, estás encima de mí. —Le empujó por el pecho.

Bible rodó para apartarse y ponerse de espaldas con una sonrisa burlona mientras movía las caderas para acomodarse en su nueva posición.

—Bueno, esa no es la forma en que normalmente reaccionan cuando estoy encima de alguien. Generalmente consigo un poco más de entusiasmo y aceptación que eso.

Le lanzó una mirada desdeñosa para encubrir lo increíblemente delicioso que le parecía en ese momento. No era necesario que le alimentara el ego.

—Bueno, eso es lo que pasa cuando pagas para tener sexo.

Para su sorpresa, él se rió de buena gana. Maldita sea, era devastador cuando hacía eso y le hacía difícil recordar que se suponía que odiaba sus agallas.

Bible se estiró como un gato lánguido y bostezó.

—Siento haberte aplastado toda la mañana. Creo que nos quedamos dormidos en medio de una conversación.

La tuvieron. Una que apenas podía recordar ahora. Lo que sí recordó fue lo reconfortante que fue mientras había llorado y eso era lo último en lo que necesitaba pensar.

—Sí, pero no estoy seguro de quién se quedó dormido primero.

—Estoy bastante seguro de que fuiste tú.

Tenía la sospecha de que tenía razón, y eso significaba tomarse demasiadas confianzas para su gusto. Quería mantener las distancias entre ellos. Un abismo bien seguro que lo protegería de preocuparse por nadie, especialmente por él. Así que cambió de tema.

—Tu arma todavía está en el suelo.

Se rascó la sombra varonil de la mejilla de una manera que era juvenil y de cierta forma cautivadora. Era tan indiferente con él que debería sentirse exasperado por ello y no hechizado.

—Me alegro de no haberla necesitado, ya que está un poco lejos.

Bromas aparte. Podría haber sido un sangriento desastre.

—Entonces, ¿qué hora crees que es?

—Se siente como si aún fuera de día. Aunque no estoy seguro de la hora exacta.