Reencontrar

18

—Ya encontré otro motivo de paz— le dije con una sonrisa

—¿Que es?— se acomodó en su asiento

—Mi hijo definitivamente, conocerlo me dijeron tantas ganas de ser todo lo contrario a él.

—Estas a tiempo.

*

—¿a donde vas?— me miro a través del espejo con sus ojos mieles, por el reflejo del espejo nuestros ojos chocaron.

—¿Te interesa?— le pregunté, poniendo mis manos en el cuello de mi camisa polo gris.

—Si no, no estuviera preguntando— dijo con obviedad

Agarre el perfume que estaba en el mueble, a la par del espejo para echármelo.

—¿Vos no deberías estar en tu casa?— presioné el perfume para que saliera, a dirección de mi cuello.

—Sabes que no puedo mis papás se están quedando allá — se acercó a mi, puso la mano en mi hombro

Me sentí incómodo solo me moví para quitársela.

—Conseguite un hotel— le pedí.

me vi otra vez en el espejo y creo que mi pelo estaba un poco despeinado.

—Creo que estará mejor que dormir en un sofá—se quejó.

—Te doy la guita ándate— pase la mano por mi camisa gris

Creo que estaba listo.

—¿El perfume que te echaste es nuevo Peter?— me prenoto levantando la ceja.

Me estaba cambiando de tema

—Cuando venga ya no te quiero acá— le sonreí falsamente

Puso las manos en el cuello de mi camisa y se acercó atrevidamente

—¿Para que un hotel?— dijo cerca de mis labios— si vos y yo la podemos pasar muy bien acá en la noche— intento sonar sexy

Puse las dos manos en sus hombros y la alejé

—¿No te cansas de ser tan regalada Mery?— le dije sarcástico

Ella solo bufo, se alejó un poco y pasó la mano por su pelo castaño.

—¿No te cansas de ser tan aburrido?— se mordió el labio intentando ser tentador—hace tiempo que no estamos juntos.

Solté un suspiro, y la vi fijamente

—¿Será por que no estamos juntos?— dije sonando sarcástico— dale bórrate de acá.

Mery hizo una cara de desagrado, y puso la manos en su cintura.

—No me ire— se impuso

—¿Por que no te vas a la casa de tu pareja?— la jodi.

Mery se puso pálida, y vio para otro lado.

—¿De que hablas?— le tembló la voz.

—Se que andas con Simona... perdón Simon— me reí.

—Eso es mentira...— dijo muy rápido.

Camine hasta mi cama, tome mi celular y mi billetera

—Mery cuando dejes de querer complacer a las otras personas y empeces a pensar en tu propio bienestar y en lo que te hace sentir bien vas hacer una persona feliz— le explique.

—Yo soy feliz Peter— dijo cruzándose de brazas

—No lo sos, nuestro matrimonio ya fracasó y no lo aceptas por que tenes miedo que te van a decir tus papás o tus amigos— hice comillas con mis dedos— deja de pensar que van a pensar los demás de ti, lo que importa es tu opinión— le dije como consejo