Capítulo 15: Aixa o Axel

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«Fui al Infierno por el contacto de tus labios, y ahora deseo regresar allí», reflexionó Aixa

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«Fui al Infierno por el contacto de tus labios, y ahora deseo regresar allí», reflexionó Aixa. Ella aunque se vestía como señorita, era un joven adulto cuyos sentimientos estaban dedicados a Cloterson Schäfer.

Su atracción hacia él era real, desde el primer día que cruzaron miradas supo que él era con quien deseaba estar entre sábanas. Sin embargo, el comportamiento del rubio obligaba a la chica de cabello azulado a cuestionarse si era prudente estar con él.

Ella tomó una decisión dolorosa en la cual no se suponía que él sería herido, solo atrapado en una habitación vacía, incolora y silenciosa, pero si alguien intentaba lastimarlo, lo llevarían al hospital psiquiátrico más cercano.

«Será una pérdida de tiempo», espetó Aixa porque conocía la calidad de la loquería. Allí no había mucho qué esperar, los especialistas carecían de conocimiento al igual que los enfermeros ya que no era un secreto que después de las últimas guerras intercontinentales, las licenciaturas eran impartidas por centros educativos enfocados en lavar dinero.

—Me salvé de una vida asquerosa —masculló ella—. Estudiar una carrera sería desperdicio de mi tiempo, ¿qué carajos aprendería en solo dos años?

«La educación básica y secundaria sí son esenciales», repensó mientras caminaba para despejar su mente.

Durante unos minutos, se había limitado a observar a quienes entraban al edificio para activar las cámaras y el sistema de vigilancia. Ella no movía sus dedos, su presencia se medía con respiraciones y exhalaciones.

—No deberías estar aquí —dijo la mujer castaña de setenta años que la había consolado. Ambas mujeres se encontraban afuera de la prisión sectorial.

Aixa no respondió. Ella permaneció estática, analizando lo que su mente y corazón reclamaban, pero era difícil satisfacer ambos polos.

—Tardaste mucho en venir, Axel. A Clot no le queda tiempo, la población desea ejecutarlo en la plaza del distrito —agregó la señora Ferretti.

—No soy Axel —Aixa se puso de pie, enfurecida por el nombre que mencionó su ascendente—. Mi nombre es Aixa. Axel ya no existe. Él murió el día en que perdí a mi madre.

—Nunca dejaré de ser Axel, aunque te cambies de nombre y apariencia —aclaró Mrs. Ferretti—. Pero, eso no es lo que te irrita.

Aixa apretó su mandíbula con demasiada fuerza. Ella se negaba a escuchar a su madre porque aquella mujer la sacó de casa cuando se enteró de sus gustos y orientación sexual.

«¿Qué has de saber tú? Me abandonaste porque no era un hombre cisgénero heterosexual», siseó ella por lo bajo.

—Noté cómo brillaban tus ojos cuando él era tu marioneta. ¿Cómo se siente? —adhirió Mrs. Ferretti con entusiasmo.

—¿Qué cosa? —dijo Aixa, actuando con ingenuidad.

—Estar enamorado —soltó Mrs. Ferretti—. Mi niño, necesitas relajar tu cara. Estás demasiado tenso.

Coleccionista de Tormentos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora