Capítulo 22: Nerviosismo

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Archie se encontraba en el comedor, una antigua sala de juntas con una mesa de madera ovalada y larga, sillas acolchonadas, una pantalla desgastada de tela, cuadros de personas que la joven no conocía y un ventilador de techo

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Archie se encontraba en el comedor, una antigua sala de juntas con una mesa de madera ovalada y larga, sillas acolchonadas, una pantalla desgastada de tela, cuadros de personas que la joven no conocía y un ventilador de techo.

El olor a humedad, hizo que ella pensara en que su familia no quería luchar contra Cloterson Schäfer. ¿Por qué no actuaban como unas guerreras?

«Me gustaría molestarme con ellas, pero me es imposible», reflexionó la dueña de una cabellera anaranjada, al mismo tiempo que bebía agua.

Un muchacho poco agraciado, miembro de Safari, pasaba cerca del comedir cuando admiró que Archie suspiraba con desánimo. Entonces, él se aproximó hasta ella.

—¿Te encuentras bien? —preguntó él, interesado en su estado anímico.

—Temo ser la única chica de mi familia que se enfrente al pastor de ovejas más peligroso del planeta —suspiró Archie.

—¿Por qué le das mucha importancia a ello? —El muchacho de cabello rizado y rubio rodó los ojos—. Tú a lo tuyo.

Archie estaba sorprendida con el comentario del joven.

—Me parece peculiar tu respuesta. Tienes tanto coraje dentro de tu delgado cuerpo —confesó ella sorprendida.

—No es coraje, es la realidad. —Él se alzó de hombros—. ¡Cierto! ¡Soy Emir Balenciaga!

—Archie Selene Bynx... —se presentó ella ante Emir.

—¿Qué hay de tu segundo apellido? —indagó Emir.

—Pides demasiado —comentó Archie, quedándose perpleja, admirando los ventanales color miel de Emir... ¿Tal vez él quería acercársele de forma romántica?

—Iré al gimnasio para ver a mi novia, ¿quieres acompañarme? —comentó Emir, sacándola de su burbuja. Él estaba siendo amable—. Podemos hablar mientras llegamos.

Archie sintió cómo su corazón era presionado como si se tratara de una esponja, pero se mantuvo fuerte al rechazarlo.

Apenas observó que Emir se alejó, ella corrió hacia la cafetería, la antigua bodega de la biblioteca que había sido adaptada para proveer bebidas calientes y bocadillos.

Sintiendo cómo su corazón había jugado en su contra, recordaba todas las veces en que, en el colegio, los chicos la rechazaban porque no cumplía con los estándares de una mujer.

Su mente la hizo remontarse en el día en que se le declaró a un joven de cabello oscuro con el cual había convivido mucho. En ese entonces, ella todavía era una adolescente.

El viento era violento, las nubes eran oscuras y el Sol se trasparentaba entre humo. Prácticamente, era un día lluvioso, pero agradable.

Ella había citado a su amigo en un arcade y esperaba paciente a que llegara porque era momento de confesarle la verdad.

Coleccionista de Tormentos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora