Capitulo 18

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Los cuatro duendes les miraron con su caracteristica sonrisa y cada uno se acerco a uno de ellos. Al unisono todos les tendieron la mano a los recien llegados y estos aceptaron el gesto ya mas confiados. Caminaron por el pueblo durante un largo rato y Galatea pensaba que si no fuera por los duendes estarian perdidos. No se habia fijado al principio pero el pueblo parecia ser un laberinto de casas pintorescas. Ya ni siquiera divisaba el habitaculo en donde habian dejado sus cosas.

Llegaron a una esplanada donde cientos de duendes se reunian. La suave luz de la luna llena iluminaba el lugar y las estrellas parecian brillar con un fulgor mas intenso de lo habitual. La esplanada estaba adornada con una gran mesa larga de manera blanca. La mesa estaba cubierta con un mantel de seda dorada que resplandecia suavemente, como si estuviera tejido con hilos de sol. En ella habia una gran cantidad de manjares.

- Es hora de tomar asiento.- Dijo el duende que sostenia la mano de Galatea. Esta se deshizo de su amarre y se sento a su lado. El resto del grupo hizo lo mismo.

Galatea se fijo en la comida. Habia grandes fuentes de frutas exoticas y relucientes dispuestas a lo largo de la mesa con manzanas doradas, uvas de zafiro y fresas que cambiaban de color. Los manjares principales estaban presentadas en bandejas de plata que flotaban ligeramente sobre la mesa, como si una fuerza invisible los sostuviera. Habia aves asadas cuyo aroma embriagador inundaba el aire, carnes tiernas y pescados que reflejaban los colores del arcoiris. A Galatea se le hacia la boca agua. Probo una de las manzanas y su sabor la dejo extasiada.

-¿Que clase de hada eres? - Pregunto el duende que habia acompañado a Alex.

- Un hada de aire. - Respondio Alex dando un sorbo de vino. - Ella es un hada de fuego y el un hada de tierra. - Alex señalo a Cedric.- El es un avispador.

-Te ves exhausta. Un cansancio que va mas alla del viaje.

-Me paso las noches en vela estudiando para mis clases de hada del aire. Mi profesor referente nos exige demasiado. - Admitio Alex.

Galatea se quedo sorprendida sabia que Alex se autoexigia pero no se imaginaba que tanto.

-Eso es demasiado estres para un hada. - Añadio el duende. - Aqui todos vivimos sin preocupaciones.

- Me encantaria vivir asi.- Confeso Alex

- Eres un avispador muy valiente. No todos los avispadores emprenderian tal viaje. - Dijo el duende al lado de Cedric.

Cedric se sonrojo. Su punto debil era que elogiaran su valentia.

- No estoy solo. Estoy con mis amigos. - Respondio Cedric tomando vino tambien.

- Aun asi es un hazaña acompañarles. Cualquiera se hubiera quedado refugiado en la academia. Aqui elogiamos constantemente la valentia. Nunca habiamos conocido a un avispador tan valiente.

-Muchas gracias. - Respondio Cedric.

- Nos encantaria que nos enseñaras tus habilidades con la espada.

- Sera un placer.

"Solo estamos de paso" Penso Galatea nerviosa pero no se atrevio a decirlo.

- Aunque seas un hada de tierra seguro que vuelas mejor que muchos.- El duende al lado de Caleb sonrio.

Caleb bajo la cabeza avergonzado. Aun se sentia patetico por su incapacidad para volar.

- Eso no es verdad. - Admitio Caleb. - Se me dificulta mucho.

-¿No te gustaria vivir en un sitio donde eso no fuera importante? ¿Donde no hubiera ningun tipo de presion sobre tus habilidades magicas?

- Eso estaria bien. - Respondio Caleb con una sonrisa triste.

Galatea se quedo pasmada pues desconocia las inseguridades de Caleb respecto a su vuelo. Sabia que al ser un hada de tierra le seria dificil volar pero no se imaginaba que a su amigo le costara tanto. Y se pregunto porque el nunca le habia pedido ayuda pues ella la mejor de la clase de magia elemental.
El duende al lado de Galatea no dejaba de removerse incomodo. Esto llamo la atencion del hada pero no se atrevio a preguntarle porque.

- Hada del fuego ¿No hay alguien a quien odies tanto que no desearias ver nunca mas? Aqui no haria falta que le volvieras a ver.

Galatea se quedo pensativa. Era verdad que le tenia tirria a Melia pero la palabra odio era muy fuerte. La detestaba pero para ella su existencia no era tan importante como para desear no verla nunca mas. Le preocupaban mucho mas sus amigos.

- La verdad es que no.- Respondio Galatea segura de si misma y observo como los nervios del duende aumentaban desmesuradamente.

Entonces Galatea poso su vista en sus amigos y se dio cuenta de que los duendes parecian extraer una tenue luz blanca que salia de su pecho. En ese momento Galatea lo entendio todo. La amabilidad y hospitalidad de los duendes era una mascara para ocultar su verdadero plan. Quedarse con las almas de los viajeros que pasaban por su territorio prometiendoles una paz eterna que realmente no existia. Se aprovechaban de sus debilidades para que dichos viajeros quisieran quedarse para siempre. Sin pensarselo dos veces, Galatea una lanzo una llamarada de fuego a cada uno de los duendes que estaban intentando obtener el alma de sus amigos. Los duendes saltaron del susto y el hechizo se rompio. Galatea observo como sus tres amigos se habian quedado aturdidos.

- Es una trampa! Quieren nuestras almas.- Grito Galatea histerica.

Los tres acababan de salir de su abobamiento y tambien se habian dado cuenta.

- Hemos de irnos de aqui.- Caleb se levanto listo para atacar.

Es verdad que habia cientos de duendes pero estos eran diminutos en comparacion a ellos.

- Maldito Uldrich. No sabes hacer nada bien. - Grito uno de los duendes tocandose el brazo en donde Galatea le habia atacado.

- No es culpa mia. Su alma no tiene debilidades.

- Claro que las tiene. Todas las almas las tienen. Pero sabia que esto aun te quedaba demasiado grande. - Respondio el duende iracundo.

Todos los duendes que habian en la mesa les miraban conmocionados. Por primera vez en siglos alguien se habia dado cuenta de su engaño. No existia minguna fiesta de los duendes. Preparaban el mismo banquete para todos los viajeros y tambien era una forma para ellos de celebrar la adquisicion de nuevas almas.

Un duende viejo y com barba blanca que estaba sentado en la mesa se acerco a ellos.

"Parece el lider" Penso Galatea

- Podreis marcharos sin ningun problema. Nunca nos quedamos con almas que no quieran estar aqui. ¿Pero estais seguros de que quereis pasar por el bosque de las almas perdidas? No hay mejor lugar que este para pasar la eternidad.

Los cuatro asimtieron con decision y el lider les acompaño a lo que el consideraba la verdadera perdicion.

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Holaa soy la autora :) Estoy muy agradecida con todos los que os tomais el tiempo de leer mi historia

Alas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora