Capitulo 23

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Los esferingirl les entregaron el libro. El Libro de la luz tenia una cubierta hecha con un material desconocido, suave al tacto como el terciopelo pero tan resistente como el diamante. En el centro de la portada un simbolo antiguo resplandecia: una esfera de luz rodeada por alas etereas, el emblema de la sabiduria divina y la proteccion eterna. Fue Galatea quien lo guardo en su bolsa con recelo.

- Abriremos un portal para vosotros. Asi no tendreis que volver por donde habeis venido.
- Muchas gracias. - Dijo Alex con una sonrisa. Su corazon se angustiaba solo de pensar que tenia que volver a pasar por el bosque de las almas perdidas.
- El portal os dejara en el bosque de Estenia el cual esta a un dia caminando de la academia magica de Nimfea. - El esferingirl extendio el brazo. - Espero que os vaya bien valientes viajeros.

Un portal de color azul se abrio ante ellos. Se despidieron de los esferingirl timidamente. Cedric le dio la mano a Layla como muestra de agradecimiento por su hospitalidad. Esta le devolvio el gesto con una sonrisa. Pasaron por el portal y llegaron a un frondoso bosque. El sol resplandecia y las nubes adornaban el cielo con extrañas formas. Escucharon el cantar de los pajaros y suspiraron aliviados. Ya no habia que estar en tension constante. Se habia acabado el peligro. Caminaron durante horas hasta que desfallecieron del cansancio. Llegaron hasta un claro y decidierom descansar ahi.

-Vaya viaje que hemos hecho. Sera para recordarlo toda la vida. -Alex de estiro en el cesped.
- Estamos sanos y salvos contra todo pronostico.
- Ha sido muy duro pero ha valido la pena.
- Chicos he de daros las gracias por venir conmigo. - Cedric se toco el pelo nerviosamente.- Realmente solo no lo hubiera conseguido.
- Todos hemos hecho un gran trabajo en equipo. Sin ti tampoco estariamos aqui. - Galatea esbozo una sonrisa.

Despues de un rato no tardaron en quedarse dormidos. Sin embargo, la ansiedad por llegar a a la academia no dejaba dormir a Galatea quien no debajaba de removerse en su saco. La joven hada se reincorporo y busco en su bolsa el Libro de la luz. Sino podia dormir por lo menos se entretendria un rato. Al abrir el libro, las paginas parecian hechas de un pergamino fino y translucido cada una emanando una suave luz dorada. Las letras de cada pagina brillaban con un resplandor dorado y las palabras parecian flotar ligeramente sobre el pergamino. Galatea se quedo maravillada por su simple belleza. Fue pasando las paginas hasta que una ilustracion llamo su atencion. Era el dibujo de una salamandra la qual sostenia una llama en sus manos. Galatea dedujo que el hechizo estaba relacionado con la llama eterna. Leyo las palabras situadas al lado del dibujo.

Luz eterna, fuego divino,
enciende nuestros corazones para siempre.
La llama sagrada, el fuego de la vida.
Trae tu luz a este mundo

El hecho de leer aquel hechizo reconforto el corazon de Galatea como si se sintiera conectada ante tales palabras. Parecia ser un hechizo que solo un hada de fuego o alguien conectado con el elemento podria emplear. Las palabras magicas se habian quedado en su memoria como un tatuaje. Siguio pasando pasando las paginas leyendo mas hechizos hasta el amanecer.

Los rayos de luz despertaron al resto del grupo. Galatea no habia dormido nada en toda la noche enfrascada en el libro que tenia entre sus manos. Habia una gran cantidad de hechizos muy interesantes todos de una pureza inigualable. Unos surcos negros se dibujaron debajo de sus ojos demostrando asi que no habia dormido nada.

-¿Que has hecho durante toda la noche Galatea? Esta claro que no has dormido.-En el tono de Caleb solo habia preocupacion.

-Es verdad. Te ves horrible. -Añadio Alex.

-No podia dormir y he estado leyendo el Libro de la luz. Hay una gran cantidad de hechizos interesantes.

Cedric fruncio el ceño.

- Tiemes que tener cuidado con ese libro Galatea. Aunque sea el Libro de la luz contiene hechizos ancestrales muy poderosos que un hada inexperta como tu no sabria dominar.

-Solo estaba leyendo Cedric. No estoy tan loca como para practicar algun hechizo.

- Es hora de ponernos en marxa.

-Genial. A seguir caminado. Me duelen las piernas. - Alex se quejo.

-En realidad hemos caminado bastante. Estamos a medio dia de la academia. Si vamos volando llegaremos antes. Ademas es menos cansado.

En el rostro de Caleb se dibujo el panico. Leyendo sus pensamientos Cedric añadio:

-Caleb yo te puedo llevar.

Caleb apreto los puños avergonzado. Para el era humillante no poder volar como sus amigas.

- Te envidio Caleb. Ojala Cedric me hubiera hecho esa oferta a mi. - Alex intento animarle.

Gracias a su estadia en el valle de los duendes todos sabian de la inseguridad de Caleb por no poder volar. Galatea estaba convencida de que a Caleb le costaba tanto volar porque era un hada de tierra demasiado fuerte.

Todos se reincoporaron y se pusieron en marcha. Efectivamente volando tardaron muchisimo menos y pronto divisaron el gran castillo que era la academia. A la luz del dia se podian apreciar los estragos que las brujas habian causado aquel dia pero no habia signos de un nuevo ataque. Suspiraron aliviados puesto que habian estado muchos dias fuera y su mayor temor no se habia cumplido.

Descendieron suavemente y las pocas hadas que habian en el jardin les miraron con curiosidad. Galatea lo atribuyo a su aspecto. Sus tunicas estaban manchadas y sus cabellos desaliñados.

Entraron a la academia y se dirigieron al despacho de Dandelia. Por el pasillo todo el mundo los miraba.

"Entonces Cedric no los mato"
"Estan vivos"
"Pensaba que los habian devorado un dreadgurl"
"Yo creia que se habian convertido en brujas"

Galatea escucho los murmullos sorprendida de las habladurias que se habian dado en su ausencia cada cual mas absurda. Llegaron a la gran puerta gris nervisos por el recibimiento que les daria Dandelia.
Cedric abrio la puerta suavemente. Dandelia quien estaba leyendo unos papeles alzo la vista. El asombro se dibujo en rostro al ver a los cuatro delante de ella. Una lagrima queria escaparse de sus ojos pero la directora se contuvo.

-Y-Yo juraba que vosotros...- Dandelia no encontraba las palabras adecuadas.

- Estamos aqui sanos y salvos.- Dijo Cedric con una sonrisa.

- Aqui esta el libro de la luz directora. - Galatea se lo entrego.

Alas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora