Roseanne
Cuando llego a mi dormitorio, estoy agotada. Dejo los libros sobre el escritorio, me quito la ropa y me meto en la ducha que finalmente tiene agua caliente. El agua tarda una eternidad en calentarse, pero una vez que lo hace, me quedo bajo el chorro durante diez minutos, relajándome. Hoy apenas he podido pasar por Educación Física e historia me ha dado ganas de sacarme los ojos. Lisa no se presentó a clases y no quería pensar en cómo me hacía sentir eso.
Sin embargo, Matteo estaba allí y sus ojos vigilantes estaban sobre mí todo el tiempo. No dijo nada, pero sé que quería hacerlo. Si pudiera salirse con la suya y lastimarme sin que nadie lo cuestionara, no tengo dudas de que lo haría.
Acabo de dar un paso hacia mi dormitorio cuando la puerta se abre de golpe y Lisa entra a trompicones, con la cabeza inclinada y el rostro oculto. Su repentina aparición me sorprende y me quedo mirando su tambaleante cuerpo durante un segundo antes de decir algo.
—Se agradecería que llamaras de vez en cuando—digo, dándome cuenta un momento después de que acabo de salir del baño y no llevo más que una toalla. Y que le debo una hora esta semana. Doy un paso atrás y un escalofrío que actúa más bien como una advertencia se desliza por mi columna.
—Estoy bastante segura de que te dicho más de una vez que tu boca será tu mayor perdición—se burla Lisa con la voz ahumada y cuando levanta la vista, jadeo al ver su rostro.
Su labio está roto y sangrando y sus ojos oscuros están borrosos, como si estuviera bajo la influencia de algo, lo que explicaría los tropiezos.
—¿Qué ha pasado?—
Sacude la cabeza.
—No hagas preguntas para las que no quieres respuestas. Y créeme que no quieres que responda a esto—Moviéndose con la velocidad de un rayo, invade mi espacio. Su habitual e intenso olor llena mis pulmones, seguido del olor a alcohol.
—Has estado bebiendo—le digo mientras sus dedos rozan el borde de mi toalla.
—Gracias por señalar lo obvio. Ahora pierde la toalla para que pueda follarte. Sólo tenemos una hora—
Parpadeo, tratando de recordar cuándo accedí a follar con ella. Dije una hora, lo que ella quisiera, pero no pensé que se lanzaría tan rápido a querer sexo.
—Mira, Lisa...—empiezo, pero Lisa arranca mi toalla y pone su mano sobre mi boca, presionando mi cuerpo contra el colchón bajo el suyo antes de que pueda decir otra palabra.
Estoy cautiva de su mirada penetrante.
Me sonríe, su cuerpo se aprieta contra el mío con más fuerza. Sus ojos están ardiendo; la ira y la derrota nadan en lo más profundo. Con su mano todavía sobre mi boca, todo lo que puedo hacer es mirarla y sentir su rabia amenazando con derramarse sobre mí.
—No me importa que seas virgen. No me importa nada, en realidad. Voy a follarte duro y rápido. No quiero que digas una puta palabra cuando retire mi mando ¿Me entiendes?—
Los músculos de mi estómago se tensan y una energía ansiosa se abre paso por mi cuerpo. Sacudo la cabeza y suplico con nada que mis ojos. Lisa frunce las cejas, su ira va en aumento.
—¿Cómo que no?—Retira la mano, aunque sigue en el aire.
Nunca me ha pegado y aunque no creo que lo haga, es difícil confiar en ella cuando está sobria, mucho menos cuando está borracha.
—Estás borracha y yo... no estoy preparada—Desvío la mirada tímidamente, negándome a reconocer que estoy completamente desnuda y que su polla dura como una roca se está clavando en mi muslo.
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Snitches get stitches (Chaelisa)
FanfictionBienvenidos a la Universidad Inferis, donde los criminales más peligrosos del mundo envían a sus hijos. Asesinos, líderes de la mafia, traficantes de armas y ladrones de arte. No importa quiénes sean, esta universidad los alberga. Sólo existe una...