CAPITULO 4

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_"A veces ya no se trata de saber a dónde quiero ir, si no salir de dónde no quiero estar." -Maritere Lee.

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-Dónde está Rey?- Pregunto (N) en el comedor viendo a su tia y a su Nana hablando tranquilamente

-No se, creo que salió pero...- Nana se vio interrumpida por (N)

-Bueno no importa, quería que todos estuvieran presentes para informarles que me iré- Usagi sonrió ante las palabras de (N)

-Un viaje te sentarían muy bien (N), sería increíble si fueras a la playa es bastante relajante- Comento Usagi recordando lo mucho que le gustaba la playa a (N) cuando solo era una niña

-No se trata de un viaje, me iré a vivir a la hacienda para siempre- Su voz notaba lo decidida que estaba

-Mi niña- Antes de que Nana hablara (N) respondió rápidamente

-Y no quiero volver a escuchar "Mi niña", mi nombre es (N), (N) (A), espero que les quede entendido- Miro a su tía quien se encontraba sorprendida por su nueva forma de ser -Encárgate de regresar todos los regalos de boda-

-De acuerdo (N)-

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-¡Tu no eres parte de allá! ¡Simplemente no te puedes ir así por así!- Dijo Rey molesta reclamandole a (N), Usagi tomo la decisión de irse a la hacienda se negaba a dejar sola a (N) en ese estado, así que Rey también tendría que irse a la hacienda

(N) Se encontraba molesta molestaba, odiaba a la sociedad, no tenía ganas de seguir escuchando a Rey -Eso se acabó y para siempre, además yo no le he pedido que me acompañen y ni quiero que lo hagan- Salió de la habitación para buscar a una empleada que bajara sus maletas

Cuando llegó a la sala se encontró con su Tía Usagi junto con el pastor que iba a llevar acabo su boda, este se acercó a (N) con una mirada comprensiva saludandola -Vine a bendecirla en el nombre de Dios antes de que se vaya (N)-

(N) Lo miro fastidiada -Sería absurdo que me bendijera en el nombre de un Dios que para mí ya no existe- Su tía Usagi miro con lastima a (N), ella había convencido a el pastor de venir a su casa, sabía de la fé que tenía (N) así que eso lo tomo por sorpresa -No creo que haya un Dios que permita tanto engaño y tanta hipocresía no creo en su iglesia y por ende tampoco en usted-

(N) Se retiró para subirse a el carro, sería la última vez que estaría en esa casa, sin embargo no le importo, si viaje duraría varía horas así que estaría entretenida mirando el paisaje para librarse de sus pensamientos.

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-Aquí es señorita, es bastante grande la hacienda, como su llegada fue a último momento lo me dió tiempo de avisarle a los trabajadores para recibirla- Explicó el chófer estacionando el carro en la entrada

-No se preocupe prefiero que sea así- Sin más se bajo del carro entrando a la gran hacienda, si su casa ya era bastante grande ni tenía comparación alguna con este lugar, cuando paso la puerta principal escucho unos gritos de una mujer

-¡SUELTEME POR FAVOR!- Gritó una muchachita bastantes joven, de cabellos celestes quien se encontraba arrinconada por un hombre bastante fuerte lleno de tatuajes

-Sueltela no se atreve a tocar esa muchacha- (N) dejo su bolso en la mesa acercándose a el sujeto lista para defender a la chica si hacía falta

-No se meta en lo que no le importa- Respondió el hombre soltando a la muchachita dejándola detrás de su cuerpo

-Yo me meto dónde se me da la gana- (N) desafío a el hombre mirándolo con desaprobación

-¿Usted quien es? ¿Que demonios está haciendo aquí?- Cuestionó el hombre

-Eso es exactamente yo lo que quiero saber, ¿Quien demonios es usted?- (N) acomodo su cabello mirándolo de mala gana, no le daba confianza ese hombre, no solo por el hecho de que hostigara a la chica, si no porque su presencia demostraba mucha maldad

-Soy Ryomen Sukuna, el capataz de esta hacienda- Respondió orgulloso con una sonrisa arrogante

-Y yo soy (N) (A) la dueña de esta hacienda- Respondió enojada, Sukuna se rió girando sus ojos

-Y como se yo que es así, si los patrones no vienen desde hace 20 años- Cuando los padres de (N) murieron nadie de la familia o trabajador principal se digno a visitar la hacienda, mucho menos (N)

-Si gusta puedo despedirlo en este momento- Respondió (N), demostraba mucha seguridad lo que le hizo saber a Sukuna que (N) no estaba mintiendo

-Que pena señorita, como nadie llamo avisar que vendría, no tenía idea y como no hemos visto a ningún patrón no sabía cómo veia- Se disculpo algo apenado alejándose de la muchacha de pelo celeste -Si necesita algo estoy a sus órdenes-

-Si que salga de mi casa no quiero verlo- Respondió molesta (N) mientras pensaba y miraba el lugar -Mañana temprano se presenta para que me ponga a el tanto de todo, de ahora en adelante yo manejo la hacienda-

Sin más Sukuna se marcho dejando a las dos mujeres solas -¿Y tu quien eres?-

-Soy Miwa Kasumi, el señor Sukuna me prometió bastante dinero si trabaja de empleada doméstica en esta hacienda- Pregunto sonriendo, sabía perfectamente que ahora tendría que seguir las ordenes de (N) y no de Sukuna, eso la alegraba bastante -Señorita ¿Porque ha venido aquí? Después de muchos años aparece como si nada-

-Deja de hacer preguntas tontas y obedece- Respondió cortante -Muéstrame el lugar-

-Señorita usted siento la dueña de todo esto y no conoce su casa- Ante la mirada enojada de (N), Miwa prefirió callarse y mostrarle toda la casa, su recorrido finalizó cuando le mostró la habitación principal, donde se solían alojar los padres de (N)

-Y eso es todo señorita, cuando es de noche nadie de queda aquí, todos nos vamos para el pueblo, me da vergüenza dejarla sola, si gusta me puedo quedar a dormir aquí- Sonriendo Miwa mirando a su patrona, pese a su carácter no podía negar que era una mujer muy bonita, además había puesto en su lugar a Sukuna

-No necesito compañía- Contesto (N) para sentarse en su nueva cama, onbsero como Miwa sonriente cerraba las ventanas y cortinas

-Parece que está noche va a llover, con permisito, patrona- Cerro la puerta de la habitación dejando a (N) sola

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-"(N), quiero que pase lo que pase nunca dudes de mi amor"- La fuerte llovizna no había dejado a la joven dormir, nuevamente las palabras de su ex prometido llenaban la cabeza de (N) haciéndola sentir miserable

Un gran rayo resonó por toda la hacienda asustando a (N) quien molesta salió de su habitación llegando a uno de los patios de la hacienda, la gran lluvia empezó a mojar todo su cuerpo, dejo que la rabia dominara toda su tristeza y miedo

-¡Yo soy quien controlo mi vida! Ni tu! ¡Ni nadie me va a humillar! ¡Soy (N) (A) y no permitiré que me menosprecie!- Gritó a (N) mirando señalando a el cielo, toda su ropa y su cabello se encontraban empapadas

Estaba dispuesta a cambiar todo lo que fue antes con tal de que nadie la lastimara.

EL REFUGIO DE LA DESILUSIÓN - SATORU X READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora