CAPITULO 28

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_"Mi único propósito en la vida es servir como una advertencia a los demás." -James Zawinski.

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(N) lo miró fijamente durante un instante, sus ojos destellando con una mezcla de incredulidad y molestia, el comentario de Satoru, con esa sonrisa traviesa en su rostro, la hizo fruncir el ceño, aunque por dentro sabía que él solo estaba jugando, fingiendo un repentino enfado, apretó los labios y le dio un empujón en el pecho, lo suficientemente fuerte como para hacerlo tambalearse un poco hacia atrás -No digas tonterías- Exclamó, su tono fingiendo molestia mientras daba un paso hacia atrás

Sin darle tiempo a reaccionar, (N) se giró con un movimiento brusco, dejando que su cabello revoloteara en el aire, comenzó a caminar rápidamente, alejándose de él, aunque trataba de mantener una postura firme, no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios cuando estaba fuera de su vista, sabía que Satoru no se lo tomaría en serio, y ese pensamiento la divertía mientras se perdía entre los árboles cercanos

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-¿Ya se fue el señor Gojo?- Preguntó Sukuna, organizando unos papeles en el escritorio de (N), su tono curioso y un tanto distante

-- Respondió (N), con una leve sonrisa en los labios, una que no pudo ocultar, a pesar de su habitual control

-¿Le pagó el ganado?- Insistió Sukuna, levantando una ceja, como si intentara leer algo más allá de sus palabras

-- Repitió ella, pero esta vez, su sonrisa fue más marcada, casi complacida

-Ah... Menos mal- Murmuró Sukuna, soltando un leve suspiro de alivio mientras seguía con su tarea -Si quiere, con ese dinero puedo conseguir algo mejor- Añadió, siempre práctico y pensando en cómo optimizar las ganancias

(N) negó lentamente con la cabeza, su expresión cambiando de serena a firme -No, Sukuna, he decidido que con este dinero voy a empezar un proyecto que tengo en mente-

Sukuna alzó la mirada, sorprendido por su tono seguro y decidido -¿Puedo saber de qué se trata?- Preguntó, con una mezcla de curiosidad y precaución

-No, no hasta que sea un hecho, por lo pronto, tengo un trabajo para ti- Dijo (N), su mirada fija en Sukuna, como si ya estuviera trazando cada paso del plan en su cabeza

-Dígame- Respondió Sukuna, atento y acostumbrado a seguir órdenes

-Quiero que, a partir de mañana, alguien se encargue de llevar al pueblo a los hijos de los trabajadores, no quiero que falten a la escuela ni un día más- Dijo (N) con firmeza, recordando cómo había descubierto a los niños trabajando en la hacienda

Sukuna dejó de organizar los papeles y la miró directamente, sorprendido -¿Y eso?-

(N) cruzó los brazos, su rostro impasible -Quiero que aquí todos sepan leer y escribir-

-Pero las clases ya empezaron hace mucho- Objetó Sukuna, algo escéptico

-No importa, que aprovechen lo que puedan y, si no los aceptan en la escuela, me avisas- Dijo (N), su voz inflexible

Sukuna resopló ligeramente, notando la determinación de ella pero incapaz de contener su escepticismo -Pues, como usted diga, pero de una vez le digo que nadie le va a agradecer sus buenas intenciones-

(N) frunció ligeramente el ceño, intrigada -¿Por qué?-

Sukuna dejó los papeles a un lado, cruzando los brazos y mirando a (N) con una mezcla de franqueza y resignación -Que no ve que muchas familias van a perder manos de labranza, ya le conté que los trabajadores se aprovechan de sus hijos para aumentar su pizca y, por consiguiente, sus ingresos-

EL REFUGIO DE LA DESILUSIÓN - SATORU X READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora