CAPITULO 24

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_"El pasado es valioso porque las emociones nunca se comprenden en su momento" -Virginia Woolf.

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(N) entró a su habitación con una furia que apenas podía contener, cerró la puerta de un golpe, el ruido resonando en la estancia como un eco de su enojo. Respiró hondo, tratando de calmarse, pero la rabia y la humillación la consumían

-Te vas a arrepentir, te juro que te vas a arrepentir- Murmuró con los dientes apretados mientras sus manos temblaban de coraje

Se dirigió al baño, empujando la puerta con más fuerza de la necesaria, frente al espejo, su reflejo la devolvía una mirada intensa, llena de frustración y un dolor apenas contenido, con un gesto brusco, golpeó el lavabo, sintiendo el impacto vibrar en sus manos, luego, abrió la llave y comenzó a lavarse la cara, esperando que el agua fría lograra apagar el fuego que sentía arder dentro de ella

Las gotas caían por su rostro, mezclándose con las lágrimas que, sin que ella lo deseara, comenzaban a surgir, como un reflejo de la impotencia y la humillación sufrida, se detuvo un momento, con las manos apoyadas en el lavabo, y levantó la vista, encontrando su propia mirada en el espejo, aquella mirada reflejaba una determinación férrea, una promesa silenciosa de que no dejaría que nadie, especialmente Satoru Gojo, volviera a pisotearla de esa manera

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Satoru estaba sentado en la vieja cabaña, su refugio de la infancia, un lugar que solía estar lleno de recuerdos felices, pero que ahora parecía cargado de la pesadumbre de sus propios errores, cada vez que recordaba la discusión con (N), el peso de la culpa lo aplastaba un poco más, se sentía miserable, incapaz de entender cómo había llegado a ese punto, cómo había sido capaz de humillarla de esa manera

De repente, en un arranque de frustración, golpeó la pared con fuerza, como si eso pudiera aliviar el dolor en su pecho, sin embargo, el golpe solo le recordó cuán inútiles eran sus esfuerzos por deshacerse de la culpa, cuando levantó la mano para golpear la mesa, su mirada se cruzó con la de Yuuji, quien había entrado silenciosamente en la cabaña

-¿Estás enojado?- Preguntó Yuuji con su habitual tono despreocupado, aunque su preocupación era evidente

-Yuuji, ¿Qué haces aquí?- Satoru se esforzó por mantener su voz controlada

-No sé...- Respondió Yuuji, encogiéndose de hombros -Te vi entrar muy enojado y pensé, "Yuuji, tu cuate necesita ayuda," pero ahora no sé si la necesita-

Satoru no pudo evitar sonreír, aunque fuera apenas un destello de su habitual arrogancia, la sinceridad de Yuuji, aunque torpe, le tocó -El solo hecho de que te hayas preocupado por mí... Tu presencia es lo que necesitaba- Admitió Satoru, sintiendo una pequeña chispa de alivio

-¿Por qué?- Preguntó Yuuji, sin entender del todo

-Pues... pues porque sí- Respondió Satoru, dándose cuenta de que no tenía una respuesta clara.

-Aaa...- Murmuró Yuuji, asintiendo como si eso aclarara todo

Satoru suspiró, dejando que su cabeza cayera hacia adelante, apoyando su frente en la mano -Hice algo con lo que no estoy de acuerdo, Yuuji... Algo de lo que me arrepiento profundamente-

-¿Y eso tiene que ver con la señorita (N)?- Preguntó Yuuji, su tono inocente contrastando con la gravedad de la situación.

-Sí, ¿Cómo lo sabes?- Satoru levantó la cabeza, sorprendido por la intuición de Yuuji.

EL REFUGIO DE LA DESILUSIÓN - SATORU X READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora