CAPITULO 26

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_"Eres mi primera vez en querer entregar mi vida."

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La pequeña oficina del síndico tenía un aire anticuado, con muebles desgastados y papeles desordenados apilados en una esquina -¿Es usted el síndico del pueblo?- Preguntó Usagi, con una voz firme y decidida, mientras su mirada se clavaba en el hombre mayor que estaba detrás del escritorio

-Sí señora, Yoshinobu Gakuganji, para servirles -Respondió el síndico con una ligera inclinación de cabeza, su tono era neutral, pero había un tinte de indiferencia en sus palabras

-Queremos reportar la desaparición de una persona-Dijo Usagi, sin perder tiempo en formalidades

El síndico levantó una ceja, mostrando un interés fingido -¿Quién?- Preguntó, aunque su actitud despreocupada sugería que no estaba realmente preocupado por lo que pudieran decir

-(N) (A),- Intervino Nana, su voz temblando ligeramente por la ansiedad, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que habían visto a (N), y la preocupación comenzaba a consumirla

El síndico se quedó en silencio por un momento, su mirada se oscureció ligeramente mientras procesaba la información -Ah caray- Dijo finalmente, con una mueca burlona en su rostro -Ahora resulta que la señorita (A) también está desaparecida, creo que ya empiezo a entender- Su tono era sarcástico, como si ya hubiera llegado a una conclusión en su mente, una que claramente no les favorecía

-¿Y qué es lo que se supone que está entendiendo?- Intervino Rey, su voz era fría y cortante, no estaba dispuesto a tolerar el tono condescendiente del síndico

El síndico Gakuganji miró a Rey con una sonrisa autosuficiente -Yo sé mi cuento, señorita-Respondió con un aire de superioridad, sugiriendo que tenía sus propias teorías sobre la situación y que no iba a compartirlas fácilmente, había un silencio tenso en la sala, mientras el síndico esperaba a ver cómo reaccionarían, claramente disfrutando de la incomodidad que había creado

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La tensión en la habitación se sentía como un peso insoportable, Emma, con los ojos inyectados de rabia, avanzó hacia (N), su voz temblaba de ira mientras escupía las palabras -Tú eres la culpable de todo esto, tú eres la única responsable, pero te aseguro que me encargaré de que te pudras en la cárcel- La amenaza colgó en el aire, aumentando la presión en la habitación, como si las paredes mismas se cerraran alrededor de todos

(N) se mantuvo firme, su rostro reflejaba una mezcla de determinación y preocupación -Lo que pasó fue un accidente, señora- Dijo, su voz intentando mantener la calma frente a la furia de Emma

-Eso a mí no me importa- Replicó Emma, acercándose aún más, su rostro apenas a centímetros del de (N) -Tendrás que pagar por lo que le hiciste a mi hijo, ahora lárgate, no tienes nada que hacer aquí- La orden fue clara, cortante, y definitiva

Pero (N) no cedió -Yo no pienso moverme de aquí hasta estar segura de que Satoru está fuera de peligro- Su voz era firme, pero había una sombra de dolor en sus ojos. A pesar de todo, ella estaba dispuesta a quedarse, a velar por él

Emma, implacable, replicó con aún más fuerza -Te largas o te corro a la fuerza, no te quiero cerca de mi hijo, ni ahora, ni nunca- Su determinación estaba teñida de un amor feroz y un miedo palpable por la vida de su hijo

-Por favor, doña Emma, tranquilícese- Intervino Higuruma, su voz suave intentando apaciguar la tormenta que se desataba -(N) ha estado al pendiente de Satoru toda la noche y está realmente preocupada por él-

EL REFUGIO DE LA DESILUSIÓN - SATORU X READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora