A veces desespero

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La verdad es que por difícil que fuera de creer por cómo se había comportado antes, Juani no se creía el maestro de la sensualidad.

En realidad, solía ser bastante incómodo al respecto. Pero con Felipe era diferente, porqué honestamente, sería muy tonto no querer montarlo hasta que le duela la cabeza de tanto subir y bajar.

Por lo que cuando salieron del carro, Juani suspiró suavemente y cuando Felipe fue a abrirle la puerta del copiloto, le dio su mejor sonrisa.

—Vamos.— murmuró. Tomó la mano de Pipe y dejó que el otro le contara chistes mientras se dirigían al ascensor que lo hacían sentir más cómodo, remplazaban su sonrojo por una risa fuerte.

Fue solo cuando Juani estaba a punto de abrir la puerta de su habitación y vio a Felipe básicamente escaneando su cara buscando cualquier trazo de incomodidad, que se dio cuenta de lo que el otro chico estaba haciendo.

—No tenemos que hacer nada que no quieras.— dijo Pipe recostado contra la pared mirándolo mientras buscaba la llave, eso solo reforzaba su descubrimiento.

Felipe estaba asegurándose de que Juani estuviera completamente seguro antes de hacer cualquier cosa. El de rulos sonrió de lado bajo la atenta mirada del otro, si antes había un ligero atisbo de inseguridad, ya no había nada.

Se sentía seguro. Y se iba a asegurar de que Pipe viera estrellas.

Finalmente encontró la llave y con un suspiro tembloroso la insertó en la ranura, se metió a la habitación y jaló a Felipe detrás de él. Cuando estuvieron dentro con la puerta cerrada, Juani tomó el rostro de Pipe entre sus manos y lo besó tiernamente, dejando que Pipe lo parara si eso quería, cuando el más alto solo apretó fuerte su cintura, aumentó la intensidad del beso.

Felipe se dejó empujar hasta atrás, cayendo en la cama sin ningún tipo de gracia y mirando a Juani por abajo, a través de sus pestañas. A Juani le encantaba la vista.

Juani no era el tipo de chico que hacía todo un show en el dormitorio, pero últimamente, con Felipe, estaba descubriendo muchas cosas nuevas de sí mismo. Con mucha delicadeza y lentitud se quitó el blazer blanco y lo dejó cuidadosamente en la silla del escritorio. Iba a proceder a quitarse el pantalón manteniendo contacto visual cuando Felipe lo interrumpió.

—Déjame a mi.— murmuró el de cabello oscuro y Juani vio como tragó saliva mientras se levantaba de la cama. El más alto se quitó su saco y su camisa y los dejó sin ningún tipo de cuidado donde cayeron, muy enfocado en Juani hacia quien caminaba con pasos certeros.

Felipe rozó sus manos suavemente contra su pecho desnudo como cometiéndolo a memoria y lentamente fue bajándolas, hasta que alcanzó la cintura del pantalón de traje. Le dio un beso en la clavícula a Juani y guiñándole el ojo de una manera improvisada cayó sobre sus rodillas.

Juani no quería ser inoportuno pero no pudo evitar pensar en la manera en la que el pantalón de vestir color crema de Pipe se iba a ensuciar. Luego Felipe puso sus dedos en el botón y le bajó el cierre, su tacto pasando superficialmente sobre su erección y Juani olvidó cualquier otra línea de pensamiento.

Puso sus propias manos en los hombros de Pipe y dejó que el menor le bajara el pantalón tan lento como quisiera. Se empezó a desesperar cuando solo quedaban puestos sus boxers y Felipe aún se tomaba su tiempo, deslizando sus dedos en el dobladillo y obligando a Juani a soltar una queja ahogada.

Felipe lo miró a los ojos mientras bajo su mano y lo acarició por encima de los calzoncillos. —¿Eso es lo que queres?—

Juani no pudo evitar gemir. —Más, quiero más.—

—Lo que tú quieras.— murmuró Pipe, repitiendo lo que había dicho en el auto. Le dio un último apretón leve por encima de la tela y luego retiró su mano. Rápidamente le bajó la última pieza de ropa que el más bajo tenía puesta y el pene del de cabello claro rebotó levemente, la cabeza ya con un poco de líquido preseminal.

Felipe se puso de pie, se quitó toda la ropa que aún tenía puesta y dejando que Juani se quitara los zapatos y las medias mientras yo hacía. Cuando vio que el de rulos ya había terminado, lo tomó suavemente por el cuello y mientras lo besaba lo empujó hacia la cama.

Se molió un rato contra el mayor, su cuerpo sobre el suyo. Felipe estaba casi en cuatro y aguantaba todo su peso con sus antebrazos mientras que Juani estaba recostado con las piernas abiertas sobre su espalda en la cama.

Juani le apretaba los hombros mientras gemía, buscando liberación de algún tipo. Felipe lo beso y luego de mirarlo una última vez le preguntó. —¿Aún queres que te coja?—

Juani casi grita de la frustración. —Tú que crees, pedazo de...—

Antes de que pudiera seguir con lo que de seguro iba a ser un insulto colorido, Pipe lo interrumpió con un beso. Luego se movió de posición y abrió más las piernas de Juani, para poder meter sus manos entre ellas.

Cuando pidió lubricante y condones Juani le señaló el cajón de la mesita de noche y Felipe se acercó rápidamente. Abrió la botellita y mordiéndose los labios, embadurno bien sus dedos ante la atenta mirada de Juani. Luego tanteó el agujero del mayor con su dedo índice, muy despacio. Se dejó llevar y después de casi diez minutos tenía 3 dedos adentro del más bajo.

Juani no paraba de gemir, Felipe no estaba tocando ningún punto particularmente sensible todavía pero el siempre había sido un poco sensible por ese lado.

Felipe le pidió permiso con la mirada y Juani asintió, lo vio ponerse el condon y cuando Pipe empezó a entrar lentamente, suspiró.

No fue tanto tiempo después que los resortes de la cama empezaron a chillar, la madera del respaldar chocar contra las paredes y los gemidos de ambos subían en tono. Cuando Felipe levantó una de las piernas de Juani sobre su hombro, dándole un beso a su rodilla y cambió todo el ángulo, Juani supo que estaba perdido.

Felipe estaba atacándose su próstata sin siquiera saberlo, cada vez con más urgencia, cada vez más fuerte. Estaba volviendo loco al de rulos y él empezó a soltar pequeños soniditos que no pudo mantener dentro de su garganta, "ah, ah, ah" que tal vez eran demasiado fuertes o tal vez demasiado agudos pero a él no le podía importar menos.

Felipe no hablaba mientras se lo cogia, parecía enfocarse totalmente en la tarea y cada vez aumentaba la velocidad. Lo miraba a los ojos y lo tomaba de la mano tan tiernamente que Juani no pensaría que también golpeaba sus caderas con dureza y le mordía el cuello con fuerza cada vez que parecía darse cuenta de que de verdad estaba allí.

A Juani le encantaba.

Cuando finalmente se vino, dejó que Felipe lo siguiera follando un rato más y cuando el también terminó, cayó tendido en la cama. Luego vio como Felipe se puso de cuclillas y volvió a asomarse sobre él, le hizo un chupeton en el cuello mientras lo agarraba por la cintura y murmuró un "te quiero" en su oreja.

Juani decidió mientras Felipe le limpiaba el semen del estómago con una toalla mojada que podría morir feliz en ese momento. Aunque le encantaría si Felipe lo volvía a coger antes de eso, por supuesto.

Flores para Juani (JuanixFelipe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora