;018

141 16 2
                                    

—Yo no quiero ir a casa, quiero que vayamos a otro lugar, vamos a un parque - dijo Lukas

—Sigues siendo un bebé Lukas - respondio su hermana rodando los ojos

—¡Por favor! —insistió Lukas, mirándome a mí para apoyo—. Será divertido. Además, hace mucho que no pasamos tiempo así los tres.

Me reí, contagiada por su entusiasmo.

—Vamos al parque —dije, sintiendo que un poco de aire fresco y diversión nos haría bien a todos.

Roz finalmente cedió, y nos dirigimos al parque cercano. El sol comenzaba a bajar, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. A medida que nos acercábamos al parque, una sensación extraña de ser observada se intensificó en mi interior, pero decidí ignorarla y concentrarme en disfrutar el momento.

Al llegar al parque, notamos que estaba lleno de vida; niños corriendo, parejas paseando de la mano y amigos riendo juntos. Nos dirigimos hacia los columpios, que estaban vacíos en ese momento, y nos sentamos, disfrutando del movimiento rítmico mientras charlábamos.

—Somos unos solterones - dijo Roz mientras veia a unos novios que se besaban enfrente nuestro

—Nosotros si, Ariadna ya tiene novio - dijo mientras me veia de reojo

—Callate mejor pinche cabeza de pene - le dije enseñandole la seña de paz (el dedo de enmedio)

Roz soltó una carcajada, sorprendida por mi respuesta. El ambiente se relajó aún más mientras bromeábamos y reíamos juntos.

—Este lugar siempre me trae buenos recuerdos —dijo Roz, mirando a su alrededor con una sonrisa nostálgica—. Solíamos venir aquí cuando recién nos conociamos, ¿se acuerdan?

—Pero si yo te conocí cuando nací bro - dijo Lulas, riendo

—Pues somos hermanos pendejo - dijo mientras lo veia de la forma más horrible posible

Nos reímos todos, y la conversación siguió fluyendo naturalmente. De repente, noté a alguien acercándose desde lejos. Era Teo, otro amigo nuestro y muy cercano a Lukas. Teo sonrió al vernos y se acercó a los columpios.

—Hey, qué onda  —dijo Teo, saludando con la mano.

—¡Teo! —gritó Lukas, corriendo hacia él y dándole un abrazo.

Teo me miró y me sonrió, sus ojos brillando con una calidez que siempre me había tranquilizado. —Hola, Ari. Hola, Roz.

—Hola, Teo —respondimos al unísono.

Nos sentamos en los columpios, balanceándonos suavemente mientras charlábamos. El ambiente se llenó de risas y bromas, y por un momento, la preocupación y la confusión que me habían estado atormentando parecieron desvanecerse. Sin embargo, esa sensación de ser observada persistía. Miré alrededor discretamente, pero no vi a nadie más en el parque que pudiera estar prestándonos atención. Decidí ignorarlo y concentrarme en disfrutar el momento.

—¿Recuerdan la vez que intentamos hacer una casa en el árbol? —preguntó Lukas, riendo.

—Cuando Roz se cayó y se rompió un diente —añadí, entre risas.

—Gracias por recordármelo —dijo Roz, fingiendo estar molesta

—¿Es enserio? - pregunto Teo entre risas

Las horas pasaron rápidamente, y pronto el sol comenzó a ocultarse detrás de las montañas, tiñendo el cielo de tonos púrpuras y dorados. Decidimos que era hora de regresar a casa antes de que oscureciera por completo.

Nos despedimos de Teo en la entrada del parque. Mientras caminábamos de regreso a casa, esa extraña sensación de ser observada volvió a aparecer, pero una vez más la ignoré, atribuyéndola a mi propia paranoia.

Cuando llegamos a casa, Lukas estaba visiblemente cansado y se despidió rápidamente antes de dirigirse a su habitación. Roz y yo nos quedamos en la sala.

—¿Ya tienes novio? - preguntó

—No, bueno... aún no

—¿YA TE GUSTA ALGUIEN? - preguntó con entusiasmo

Tomé una respiración profunda, sintiendo que este era el momento adecuado para hablarle de lo que había estado sucediendo.

—Roz, hay algo que necesito contarte —dije, mi voz temblorosa.

Ella se acomodó en el sofá, mostrándome que estaba lista para escuchar. —Claro, Ari. Cuéntame, ¿qué pasa?

Le expliqué todo lo que había sucedido con Alan, cómo me había dicho que me conocía de antes, pero yo no podía recordarlo. Le hablé de mis confusos sentimientos hacia él y de cómo todo esto me estaba afectando.

—Alan dice que me conocía desde antes —continué—, pero no recuerdo nada de él. Y a pesar de eso, siento algo por él, Roz. Es como si estuviera tratando de recordar algo importante, pero no puedo. Es frustrante y aterrador al mismo tiempo.

Roz me escuchó atentamente, y cuando terminé, suspiró profundamente. Tomó mis manos entre las suyas y me miró a los ojos, su expresión llena de empatía y cariño.

—Ari, eso suena realmente difícil. No puedo imaginar lo confuso que debe ser para ti. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Siempre lo estaré.

Sentí un nudo en la garganta, pero logré sonreírle. —Gracias, Roz. No sé qué haría sin ti.

Roz me abrazó con fuerza, transmitiéndome su calidez y apoyo. Su voz era suave cuando habló de nuevo.

—¿Qué te parece si vamos con un terapeuta?, tal vez puedes volver a recordar

Asentí, sintiéndome un poco más aliviada por su apoyo. —Gracias, Roz. De verdad, gracias por estar siempre a mi lado.

Roz me sonrió, sus ojos brillando con determinación. —Vamos a hacer esto juntas, Ari. Encontraremos a un buen terapeuta y te acompañaré a tus sesiones si lo necesitas. Todo saldrá bien, lo prometo.

—Gracias, Roz —susurré, sintiéndome más segura con cada palabra que ella decía.

Nos quedamos abrazadas por un momento, permitiéndonos sentir la conexión y el amor que siempre había sido una constante en nuestra relación. Finalmente, nos soltamos y Roz me miró con una sonrisa.

Más tarde esa noche, mientras intentaba distraerme viendo televisión, mi teléfono vibró. Era un mensaje de Alan.

"Hola, Ari. ¿Te gustaría salir mañana? Tengo algo especial planeado para nosotros :)"

Dios, no puedo creer que apesar de todo siento algo por él, el es un tonto y yo solo soy bonita.

Pero...¿saben que?, a la mierda todo.

Dudé por un momento, pero finalmente respondí.

"Claro, Alan. Me encantaría"

 Me encantaría"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pretty Psycho - Alan Beltrán (Yankee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora