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Narra Ariadna

—¿Payasa yo? - dije indignada, aún sabiéndo que soy súper payasa.

—Me caes bien - respondió Alan para sonreír y seguir caminando

—Oye, ¿y a donde vamos? - le pregunté al chico mientras seguiamos caminando

—Es una sorpresa

—Una sorpresa, ¿eh? Interesante... —comenté, tratando de ocultar mi curiosidad mientras seguía caminando a su lado.

A medida que avanzábamos por las calles, me di cuenta de que Alan parecía más relajado y amistoso que antes.

Ni quien entienda a los hombres.

—Mira, ya llegamos - dijo Alan para después señalar el lugar, muy bonito por cierto... el lugar también

Al ver el lugar al que Alan me había llevado, quedé impresionada. Era un encantador café con una decoración acogedora. Las luces tenues creaban una atmósfera cálida y acogedora, y el aroma a café recién hecho flotaba en el aire.

—Es un lugar muy bonito —comenté, mirando a mi alrededor con asombro y algo de nostalgia.

Alan sonrió, claramente satisfecho con mi reacción —Me alegra que te guste. Pensé que sería el lugar perfecto para nuestra cita.

Alan se acercó y me ofreció gentilmente una silla, antes de sentarse frente a mí.

—Te ves rara, ¿estas bien? - dijo mientras entrelazaba los dedos de sus manos

Me sentí un poco sorprendida por la pregunta directa de Alan, pero decidí ser honesta con él.

—Sí, estoy bien.

—No estas bien,te conozco Ariadna ¿que sucede? - dijo el chico

Ni siquiera llevamos una semana hablando y dice que me conoce... ¿Quien se cree este estúpido?

— Ya te dije que estoy bien, Alan - le dije rodando los ojos

E

l chico pareció notar mi incomodidad, y su expresión se tornó un poco más seria.

—Bueno, si no me quieres decir esta bien, respeto tu decisión - dijo para después bajar su mirada a sus manos

"Es solo que... este lugar me recuerda a uno al que solía ir con mi papá cuando era pequeña. Solíamos tomar café juntos y hablar de todo" Eso es lo que le diría si le tuviera confianza, cosa que claramente no tengo con absolutamente nadie.

Mantuve mi mirada fija en Alan por un momento,  hasta que el también comenzó a mirarme. Me miraba con atención, como si estuviera tratando de entender lo que pasaba por mi mente. Su mirada era intensa pero tan atractiva.

—¿Ya saben que van a ordenar? - dijo una voz interrumpiendo nuestro maravilloso contacto visual, genial.

—Hmm, yo voy a querer unos boneless con salsa de mango, por favor - dijo Alan mirando a la mesera

—¿Y usted señorita? - preguntó la jóven dirigiendose hacia mi.

—Lo mismo que él, por favor - dije devolviendole la sonrisa a la mesera.

Pretty Psycho - Alan Beltrán (Yankee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora