;022

109 20 4
                                    

—Cada uno tendra dos dardos y va a tener que lanzarlos y tendra dos oportunidades para ponchar uno de esos globos. Pero tengan cuidado por que pueden pinchar su propio globo - decía Fede a la cámara —Comienza Alianda

—Que nombre más de mierda wey - dijo Alan mientras se preparaba para aventar los dardos

Al aventar los dardos, explotó un globo. Lamentablemente fue el de nosotros. Mi hijo dinosaurio negro lesbiano ahora estaba muerto.

—¡Eres un pendejo Alan! —le grité, tratando de hacer mi mejor actuación para que todos se creyeran la broma.

Las risas llenaron la habitación, nadie sospechaba que esto era solo el comienzo de la broma que Alan y yo habíamos planeado.

Alan se volvió hacia mí con una expresión de enojo exagerado.

—¡Ah, claro, Ariadna! Porque tú siempre haces todo perfecto, ¿no? —gritó, sus ojos chispeando con falsa ira.

Las risas disminuyeron un poco, y todos comenzaron a mirarnos con curiosidad, sin saber si lo que veían era real o una actuación.

—¡Esto es ridículo! —exclamé, cruzando los brazos— Siempre arruinas todo.

Lukas dio un paso adelante, preocupado.

—Chicos, cálmense, solo es un juego.

—¡Cállate, Lukas! —grite, dándole la espalda— Esto no tiene nada que ver contigo

La tensión en la sala aumentó. Fede dejó de grabar y nos miró con una mezcla de confusión y preocupación.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? —preguntó, bajando la cámara— ¿Están bien?

—No, Fede, no estamos bien —dije, sintiendo que mi actuación estaba en su punto máximo— Siempre es lo mismo con él.

—¡Apuesto que tu ni siquiera hubieras ponchado un globo, Ariadna! —gritó Alan, avanzando hacia mí con una mirada furiosa— Te enojas siempre por todo.

—¡Hey, Alan! —dijo Lukas, poniéndose entre nosotros— No tienes derecho a hablarle así. Es solo un maldito juego.

—¡Fuera de mi camino, Lukas! —espetó Alan, empujándolo ligeramente— No te metas en esto.

—¡Sí me meto! —respondió Lukas, empujándolo de vuelta— No voy a dejar que la trates así.

La situación escaló rápidamente, con todos los demás tratando de calmar las cosas.

—¡Chicos, basta! —gritó Fede, separándolos— No vale la pena pelear por esto.

—¡Claro que vale la pena! —dije, alzando la voz— Alan siempre se cree el mejor y estoy harta de sus tonterías.

Las caras de confusión y preocupación de nuestros amigos eran invaluables. Sabía que era el momento perfecto para darle un giro aún más dramático a la broma.

—¡Sabes qué, Alan! —grité, fingiendo lágrimas— ¡Ya no soporto más esto!

Me giré y corrí hacia la casa, dejando a todos en estado de shock. Lukas intentó seguirme, pero Fede lo detuvo.

—Déjala, Lukas —dijo Fede— Necesita calmarse.

Dentro de la casa, me escondí detrás de la puerta, escuchando cómo los demás intentaban calmar a Alan.

—Esto se salió de control —dijo Ian— No podemos seguir así.

—¡Es su culpa! —gritó Alan— Siempre está arruinando todo.

—Alan, cálmate —dijo Alex, sujetándolo por los hombros— Estás llevando esto demasiado lejos.

En ese momento, no pude evitarlo más y salí de mi escondite, con una sonrisa en los labios.

Pretty Psycho - Alan Beltrán (Yankee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora