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Han pasado varias semanas desde que tomé la difícil decisión de terminar con Alan. Los días se han vuelto una mezcla de altibajos emocionales, marcados por momentos de profunda tristeza y otros de esperanza y sanación. Desde aquel día en que confronté a Alan en la calle, mi vida ha dado un giro inesperado, confrontando no solo las emociones dolorosas del presente, sino también enfrentándome a mi propia salud.

Recuerdo claramente aquel día en que me desmayé en casa. Fue apenas unos días después de haber tomado la decisión de alejarme de Alan. Me sentía exhausta, tanto física como emocionalmente. Roz, Lukas y Adri estaban preocupados, me llevaron de inmediato al hospital. Allí descubrieron que además de un trastorno de la conducta alimentaria, tenía anemia severa debido a mi alimentación descuidada, descubrieron mis autolesiones y  el estrés emocional de las últimas semanas.

El médico me explicó lo importante que era cuidar mi salud, tanto física como mental, y desde entonces he estado en tratamiento con especialistas que me han ayudado a recuperarme. Afortunadamente, con el apoyo de Roz y mi familia, he podido comenzar a sanar. La comida regular y nutritiva, junto con el apoyo emocional constante, ha marcado una diferencia notable en mi bienestar físico.

Pero no solo mi salud física ha mejorado. Con el tiempo, he comenzado a recuperar más recuerdos, tanto con mi nueva familia como con Alan. Cada día es un proceso de exploración y descubrimiento, a veces doloroso pero necesario para mi sanación. He recordado momentos felices con Alan, los días de risas y complicidad que compartimos antes de que todo se complicara.

Las noches son las más difíciles. A menudo me encuentro llorando en silencio, abrazando el oso de peluche que Alan me regaló en nuestro último aniversario. El oso se ha convertido en mi confidente silencioso, testigo de mis lágrimas y mis pensamientos más profundos. Nunca me quité la pulsera que Alan me dio, un símbolo de nuestro amor y de los momentos compartidos que ahora parecen tan lejanos y dolorosos.

La familia ha sido mi ancla, mi motor para seguir. Roz ha estado a mi lado en cada paso del camino, ofreciéndome su sabiduría y comprensión maternal. Con ella he compartido mis miedos y mis esperanzas, encontrando en su experiencia y su amor un refugio seguro donde puedo expresarme sin temor al juicio.

Con Lukas siempre me divierto, me hace reir y olvidar todo.

Y Adri, o como me gusta decirle, mi nueva mamá, ha estado para mi más que cualquier persona, gracias a ella sigo con vida, si ella nunca hubiera entrado esa noche al baño tal vez yo ya no seguiria aqui.

Pero a pesar del apoyo y la estabilidad que encuentro con mi nueva familia, una parte de mí todavía se siente incompleta. Alan sigue siendo una presencia constante en mis pensamientos y en mi corazón, a pesar del dolor que me causó. A veces me pregunto si alguna vez seré capaz de perdonarlo, o si podremos encontrar una manera de reconstruir lo que una vez tuvimos.

Mi terapeuta dijo que para terminar de sacar tengo que perdonar a las personas que alguna vez me hicieron daño, y hoy es el día.

Sinceramente a mi mamá la voy a ver solo para arreglar las cosas, pero con Alan...lo extraño tanto, y siento que no pensé bien las cosas que le dije.

No tendría que volver a perder la memoria para regresar con el....solo necesitamos sanar los dos para volver a estar juntos.

Aun sigo amando a mi chico de lindos ojos verdes

Mañana te cuento que sucedio, espero que todo salga bien.

Te quiero diario :)



Deje mi libreta en mi mesita de noche y me dirigí hacia la cocina, para encontrarme con Lukas viendo su celular.

—Oye cabeza de pene - dije tratando de llamar su atención

Pretty Psycho - Alan Beltrán (Yankee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora