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Mi mente estaba llena de preguntas y dudas, pero cuando vi la expresión esperanzada en el rostro de Alan, algo dentro de mí se removió. Quería creer en él, quería confiar en que lo que decía era verdad, aunque mi memoria no pudiera corroborarlo.

—¿Quieres ser mi novia, Ariadna? —preguntó Alan, su voz llena de expectación.

Me quedé sin aliento por un momento, sintiendo un torbellino de emociones dentro de mí. ¿Debería confiar en mis instintos y seguir adelante con Alan, a pesar de todas las incertidumbres que inundaban mi mente?

Finalmente, con un nudo en la garganta y el corazón latiendo con fuerza, lo miré y asentí con determinación.

—Sí, Alan. Quiero ser tu novia —dije, dejando escapar un suspiro de alivio al tomar la decisión.

Alan sonrió ampliamente, sus ojos brillando con alegría mientras me abrazaba con ternura. Me dejé envolver por sus brazos, sintiendo una extraña sensación familiar.

....

Después de estar todo el día junto a Alan, por fin me encontraba afuera de mi actual hogar.

Abrí la puerta con manos temblorosas, y allí estaba Lukas, con una sonrisa ansiosa que apenas podía contener.

—¿Cómo fue? —preguntó con los ojos brillando de expectación.

Mis labios se curvaron en una sonrisa mientras recordaba los momentos compartidos con Alan. La manera en que me miraba, sus palabras suaves pero llenas de sinceridad, todo eso había dejado una marca imborrable en mi corazón.

—Fue... increíble —respondí, apenas siendo capaz de contener mi emoción—. Me pidió que fuera su novia, y... bueno, le dije que sí.

—WUUUUU, TU NOVIO EL DINOSAURIO NEGRO LESBIANOOO - dijo agarrandome de los hombros mientras me sacudia como un costal de papas.

La explosión de alegría de Lukas me hizo reír, y pronto nos encontramos abrazándonos en medio de la sala, celebrando juntos esta nueva etapa de mi vida. Roz se unió a nosotros, sus ojos llenos de felicidad mientras compartíamos la noticia con ella.

—¡Estoy tan feliz por ti, Ariadna! —exclamó Roz, abrazándome con fuerza.

—¡Estoy tan feliz por ti, Ariadna! —exclamó Roz, abrazándome con fuerza

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Narra Alan.

La noche era tranquila, pero mi mente estaba lejos de estar en paz. Estaba sentado en mi habitación, repasando mentalmente la conversación con Ariadna.

Recorrí mentalmente cada palabra que habíamos intercambiado, cada gesto, cada mirada. La manera en que sus ojos se iluminaron cuando aceptó ser mi novia por segunda vez, aunque el pasado entre nosotros parecía haberse desvanecido de su memoria.

Tomé mi teléfono y envié un mensaje a Teo, sabiendo que esto tenía que hacerse de una vez por todas.

"Necesito verte. Ahora."

Pretty Psycho - Alan Beltrán (Yankee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora