La Tercera es la Vencida...?

El reencuentro con Guido fue inesperado. Lina no pudo dormir en toda la noche. Si ya había sacado todo lo que tenía adentro, ya le había dicho con detalles todo lo que había pasado y que la tenía tan angustiada... por qué seguía teniendo ese sentimiento de culpa?

Se levantó de la cama sin que Guido se entere y antes de marcharse, por tercera y última vez, le dejó una carta.

Guido, mi amor. Perdón por esto, y por todo. Conocerte fue un sueño hecho realidad, tu amor fue el regalo más lindo que llegó a mi vida, cada uno de tus besos me dio un segundo más de vida, cada uno de tus abrazos ayudó a que mi corazón siga latiendo y cada una de las lágrimas que cayeron estos años por tus mejillas me fueron alejando un paso más de vos.
Quiero que sepas que te amo. Y no con el corazón, porque mi corazón un día va a dejar de latir y morirá. Yo te amo con el alma. Porque el alma, así como mi amor por vos, no se va a morir nunca.
Elijo irme, y no por cobardía, sino por amor. Porque te amo y quiero que seas feliz. Y aunque me duela en lo más profundo de mi corazón, nunca te voy a hacer feliz. No como vos te lo mereces.

Espero encontrarte siempre en cada acorde de mi guitarra, en cada solo de piano, en cada amanecer, en los perritos de la calle, en las esculturas de los museos, en cada luna llena y en cada shot de whisky.
Espero que me encuentres en cada melodía que suene a melancolía, en cada uno de los ojos y sonrisas que te admiran cada noche que brillas en el escenario, en el café negro de cada mañana y en cada rayo de sol que entre por tu ventana.
Dicen que la tercera es la vencida... pero prefiero quedarme con la duda de qué hubiera sido nuestra tercera oportunidad. Estoy segura de que sos mi alma gemela y de que coincidir con vos fue lo mejor que me pasó.
Podríamos hacer que la tercera sea la vencida, pero en otra vida, porque ésta ya me venció a mi.

Gracias por la paciencia, por el amor, por las caricias, por los abrazos y las sonrisas. Sin dudas, fuiste lo mejor.

Lina se marchó, con mucha angustia y dolor en el corazón. Quería amar y hacer feliz a Guido por el resto de la vida, pero creyó ser capaz ni merecedora.

Fue a su casa para poder despedirse de su familia.

- No hace falta que te vayas.- dijo Rose

- Si, hace falta. Necesito irme y no volver nunca

- Hija.- dijo su padre llorando.- pase lo que pase, tomes la decisión que tomes, siempre te vamos a apoyar. Te amamos y vamos a estar siempre para vos, lo sabes no?

- Si pa, lo sé. Los amo también. Gracias por entender.

Lina se marchó nuevamente a Estados Unidos. Volvió a la universidad como profesora, y trabajó participado en la producción de muchos de los proyectos de sus amigos.

Se despidió de Fede, Lali y todos los que conoció en los últimos tres años.
Nadie lo podía creer, un talento tan grande arruinado por uno, o mejor dicho, dos corazones rotos.