El padre de Elena (16 años) la abandona a ella y a su hermana pequeña Nerea (12 años), dejándola sola con su madre Lidia. Al tiempo Lidia se casa con Pablo, que tiene un hijo llamado Danilo, también de 16 años. Elena, tiene un novio llamado Izan, qu...
Por fin iba a cumplir mi sueño de cuando era chiquita, celebrar mis quinces.
Toda adolescente latinoamericana sueña con este momento, y hoy me tocaba vivir ese sueño.
Los quinces solo se viven una vez en toda una vida, a si que hay que aprovecharlos por completo.
Estaba re emocionada por el vals, iba a ser con Danilo, y últimamente no se que me pasaba con él, pero cada vez que lo veo pasar algo dentro de mí se mueve.
Me aliste y me puse divina para los quince.
Mi vestido era morado y para decorar el cabello, llevaba una tiara.
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Y como siempre:
- Perfecta - dije mirándome al espejo.
Me sentía completa, salvo por una cosa; Danilo.
Sentía que hoy era el día indicado para pedirle salir, el único problema que podría suceder: que me rechace y mi día se vaya a la mierda.
Pero no creo que suceda, él más de una vez me demostró que me sigue amando, creo...
𝘋𝘢𝘯𝘪𝘭𝘰
Hoy era el día de Elena, estaba feliz por ella.
Yo no quise celebrar mis quinces, me parecía y me sigue pareciendo una estupidez, pero digamos que a ella "como a toda adolescente latinoamericana" como dice ella, le hace ilusión, y yo no soy quien para quitársela.
Me puse un traje negro típico elegante, yo quería ir en chándal, pero mi viejo no me dejó.
En eso que estaba en el salón esperando a toda mi familia, ya que casi y nos dan las uvas, noté como alguien bajaba las escaleras, era Elena.
Ese momento para mí pasó a cámara lenta, como si todo el mundo se hubiera parado, y solo queda ella, bajando por la escalera, siendo la más linda de todas.
Me acerqué a ella.
- Estás... estás... muy... - dije mirándola de arriba abajo, no me salían las palabras - linda...
Ella me sonrió.
- Vos también estás muy lindo - dijo, yo reí.
- ¿Yo? ¿Este trapito que llevo puesto? Nah, es de mi viejo, yo quería venir en chándal - dije nervioso.
- Sos un pelotudo - dijo riéndose, su sonrisa me daba 100 años de vida.
- Igual estás muy linda - repetí - Bueno, digo, siempre estás linda, pero hoy, tu cabello, que también está siempre lindo, pero hoy lo veo brillante, que también está siempre brillante, pero hoy... - dije pero me interrumpió.