Capítulo 9: One

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Después de enviar el mensaje a Laura, me quedé mirando mi laptop cerrada sobre el escritorio. El silencio de mi habitación era una mezcla de calma y tensión. La conversación con Doe había removido muchas cosas en mi interior, y la llamada de Laura me había dejado con sentimientos encontrados. Pero en medio de toda esa confusión, había una chispa de esperanza.

Al pasar dos semanas la rutina diaria comenzó a sentirse más ligera. Mis sesiones con el terapeuta, aunque intensas, me ayudaban a mantener el equilibrio. Doe y yo nos manteníamos en contacto a través de mensajes y llamadas, su voz siempre lograba tranquilizarme, a pesar de la diferencia horaria lo cierto era que nunca había dejado de escribirme.

Una tarde, después de una larga sesión de estudio para mi tesis, recibí un mensaje de Doe.

"¿Te gustaría salir a cenar mañana? Ya llegue y me gustaría que nos viéramos. Un lugar tranquilo, prometo no abrumarte."

Mi corazón dio un vuelco. La idea de pasar más tiempo con él era emocionante, pero también aterradora. No quería defraudarlo ni a él ni a mí misma. Sin embargo, decidí aceptar la invitación.

"Me encantaría," respondí, tratando de transmitir más confianza de la que sentía.

Esa misma noche, mientras cenaba con Natalia y hablábamos con Roxy en nuestro departamento, les conté sobre mi cita con Doe.

—¿Qué debo ponerme? —pregunté, sintiéndome como una adolescente hormonal nuevamente.

Natalia, con su habitual sentido práctico, se levantó de la mesa y fue directamente a mi armario.

—Vamos a ver qué tienes aquí. ¿Algo que te haga sentir cómoda pero bonita? —sugirió mientras revisaba mi ropa.

Roxy, por otro lado, se dirigió hacia mí con una sonrisa cómplice.

—¿Te gusta, verdad? —preguntó.

Asentí, sintiendo un rubor subir por mis mejillas.

—Sí, me gusta. Me hace sentir segura y... feliz —admití.

Roxy asintió, aprobando mi confesión.

—Entonces, vamos a asegurarnos de que te sientas increíble mañana. ¿Cómo va todo lo demás? ¿Estás bien? —preguntó, su tono suave pero llena de genuina preocupación.

—Sí, todo va bien. Solo que... —me detuve, eligiendo cuidadosamente mis palabras—. Laura nunca me contestó el mensaje que le envié hace unos días, ¿recuerdas la periodista de la que te hablé?. Creo que solo quería indagar en mi vida personal y no en mi trayectoria profesional.

Natalia levantó una ceja, escéptica.

—¿De verdad? ¿Y no ha dado ninguna señal desde entonces?

Negué con la cabeza, sintiendo una mezcla de frustración y alivio.

—Nada. Pero he decidido no darle más vueltas. Si realmente le interesara, habría respondido. Ahora quiero enfocarme en las cosas y personas que sí importan.

Roxy sonrió a través de la pantalla, aprobando mi decisión.

—Eso es lo mejor, Eli. Concéntrate en lo positivo y en lo que te hace feliz.

Con sus palabras de aliento resonando en mi mente, me sentí más decidida que nunca. Después de elegir la falda negra por encima de la rodilla, la blusa azul y el blazer blanco que me sugerieron Natalia y Roxy, me miré en el espejo. El conjunto me daba un toque serio pero a la vez me resguardaba del fresco que estaba haciendo. Me sentía cómoda y segura.

—Creo que esto es perfecto —dije, sonriendo.

—¡Lo es! —exclamó Natalia, dándome un pulgar hacia arriba.

Bajo un Cielo de Tréboles y Estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora