Cyberpunk - La caída de Ícaro

Capítulo 17 (Parte 2)

Capítulo 17 (Parte 2)

Marco Ramirez

Un joven observó perezosamente un vehículo aéreo de Trauma Corporation pasar por su ventana. Al parecer, otro cliente rico había caído enfermo repentinamente. Con el reciente brote, esto se había convertido en algo común. Literalmente cada cinco o diez minutos, otro avión volaba para reunirse con el titular de una póliza de seguro platino para brindarle asistencia médica oportuna. La nueva gripe aviar fue un gran problema para Marco. Últimamente, sus ingresos habían tocado fondo. Sus ahorros ya no le alcanzaban para mantener el estilo de vida al que se había acostumbrado como latino.

La ciudad había impuesto recientemente un toque de queda y, con él, muchos lugares fueron cerrados por cuarentena. Después de eso, el ya pequeño flujo de órdenes se cortó por completo y Ramírez comenzó a sentir la magnitud del lío del que había estado tratando con tanto esfuerzo de salir. Ahora un adulto joven, Marco, como todas las personas de su edad, tenía planes lejanos para su futuro, en los que se veía a sí mismo como un hombre autosuficiente, pero los sueños siempre están lejos de la realidad.

La cuarta megatorre fue completamente puesta en cuarentena, por lo que era imposible salir de casa. Sin embargo, el ecosistema interno del edificio siguió funcionando. La gente abrió sus tiendas y talleres y continuó con sus negocios para evitar el hundimiento total. Los pequeños comerciantes fueron los que más sufrieron, al no poder cumplir con todas las medidas sanitarias impuestas por el departamento de salud de la ciudad. Antes de la epidemia, sus operaciones eran pasadas por alto, pero, lamentablemente, la situación actual obligó a las autoridades de Night City a ser mucho más estrictas.

Toc-toc-toc

"¿Quién está ahí ahora?" - El chico miró hacia la puerta con disgusto.

Toc-toc-toc

Los golpes se hicieron más fuertes y Marco tuvo que hacer una mueca de mala gana y se dirigió de mala gana hacia la puerta. Su mano habitualmente cogía el viejo Unity, quitando el seguro de la pistola. Ramírez no contaba con cámara de vigilancia, por lo que el joven tuvo que ser bastante cauteloso. Recientemente había habido un aumento en los robos a departamentos y el latino decidió tomar precauciones por si acaso. Marco se detuvo en la puerta y escuchó, abriendo lentamente la cerradura electrónica y dejando entrar al extraño.

TOC Toc

"¿Quién está ahí?" - Preguntó el tipo en voz alta, alejándose de la puerta, con la pistola en mano.

"Marco, soy yo, Jeremy, tu arrendador". - La familiar voz del hombre hizo que Ramírez se relajara un poco.

"Abriré la puerta". - La cerradura electrónica pitó obedientemente, deslizando la puerta a un lado, dejando entrar a Martínez.

"Veo que esperabas a alguien más, ¿verdad?" El exjefe de seguridad no se asustó en absoluto mirando el cañón de la pistola que le apuntaba directamente a la cara.

"Estos son tiempos difíciles; tengo que tener más cuidado con mi seguridad". Marco miró cuidadosamente detrás del hombre y, asegurándose de que no hubiera nadie más allí, cerró rápidamente la puerta y volvió a poner el arma en su lugar seguro. "Entonces, ¿por qué has venido, Jeremy?"

"Lo siento, quería llamarte, pero tu teléfono estaba apagado, así que tuve que venir a pie". Martínez esbozó una sonrisa incómoda, pero recibió otra igualmente incómoda. "¿Sabes algo sobre chips tecnológicos?"

"Bueno, ¿depende de lo que ofrezcas?"

"Echar un vistazo." El hombre sacó de su mochila un paquete de patatas fritas con una marca especial.