Cyberpunk - La caída de Ícaro

Capítulo 3 (Parte 1)

Capítulo 3 (Parte 1)

Mis ojos se abrieron lentamente, de mala gana, acompañados de una sensación desagradable y un dolor de cabeza punzante. Parpadeando para alejar el aturdimiento, comencé a mirar a mi alrededor y noté una cabellera blanca. Inmediatamente me vino a la mente "Inga", el nombre de la chica que tuve el placer de conocer el día anterior.

Mi cabeza cayó sobre el duro colchón mientras intentaba reconstruir los acontecimientos que me habían sucedido. Me había despertado en un contenedor de basura, enterrado bajo el cadáver de la madre de este cuerpo. En ese momento, los recuerdos arrasaron en mi mente, particularmente los de los días que pasamos juntos. Todo lo relacionado con mi yo actual pasó por mi mente tan rápido que no me di cuenta cuando comencé a reprimir mis lágrimas con fuerza. Me dolía el pecho con anhelo y un dolor insoportable, y no era sólo físico. Semejante dolor podría soportarse, pero la pérdida de las personas más cercanas a uno es un asunto diferente. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras mi cuerpo temblaba en un ataque silencioso.

No pude contenerme, pero de repente, una mano apoyada en mi cabeza me devolvió a la realidad. Al girar la cabeza hacia un lado, vi la figura borrosa de un niño. Era Marco, tratando de calmarme.

"Tranquilo, Amigo. No sé por qué mierda has pasado, pero ahora tienes personas en las que puedes confiar", la voz de Marco atravesó la oscuridad, su sonrisa apenas visible, ofreciéndome un poco de consuelo.

"Perdón si te desperté", le susurré en respuesta, mordiéndome el labio para distraerme de los pensamientos sombríos con un destello de dolor.

"Veo que te sientes mejor", dijo Marco después de unos segundos, retirando su mano y levantándose suavemente del colchón. "Vamos, tengo algo que mostrarte". El adolescente tomó mi mano y me jaló.

Nos llevó directamente a una escotilla, por la que trepó hábilmente. Mientras esperaba que saliera, Marco hizo un gesto y luego se dirigió hacia las escaleras de emergencia. Recordé que los estadounidenses los usan en sus edificios de varios pisos: son convenientes, pero también facilitan el robo de esos apartamentos.

Marco corrió y, alejándose de la pared, saltó hacia la barandilla de la escalera. Honestamente, no esperaba tanta agilidad de un adolescente bien formado, pero aún así. "Sube", dijo, bajando la escalera para permitirme alcanzarla.

Los escalones de hierro todavía estaban resbaladizos por la humedad, así que me tomé mi tiempo. Después de varios vuelos, estábamos en la azotea de un edificio de poca altura, que ofrecía una hermosa vista de otra parte de la ciudad. Por lo que sé ahora, Night City estaba dividida en seis distritos, cada uno con varios vecindarios, pero comúnmente considerados como seis principales: Center, Heywood, Watson, Westbrook, Santo Domingo y Pacifica. Mi conocimiento sobre estos lugares era ridículamente escaso: sólo sus nombres. Alex Volkov era un niño protegido que nunca se aventuró más allá de la megatorre en la que vivía. Estas torres tenían todo lo que uno pudiera desear, desde escuelas hasta supermercados.

De hecho, los padres de Alex lo sacaron de Westbrook varias veces, pero fue más por necesidad que por un deseo genuino de mostrarle el mundo a su hijo. Las personas ricas suelen ser reacias a dejar que sus hijos se aventuren lejos de casa. Las calles son demasiado peligrosas y muchos prefieren educar a sus hijos en casa con chips educativos especializados. Estos chips no son baratos, pero el conocimiento que se obtiene con ellos es inolvidable. Tenía uno de esos chips, pero, desgraciadamente, no lo había absorbido todo. Mis conocimientos eran a nivel elemental, centrándome en física y biología.

"Es un gran lugar, ¿verdad?" Marco me dio un empujón con el puño, aparentemente tratando de distraerme de lo que él pensaba que eran pensamientos sombríos. Después de todo, había estado sentado durante unos minutos, completamente inconsciente. En su lugar, yo también habría pensado que mi interlocutor se había encerrado en sí mismo. Curiosamente, ¿de dónde obtuvo este adolescente tantos conocimientos sobre psicología infantil? No parece alguien que haya vivido en la calle toda su vida, aunque actúa con demasiada confianza. Pero la verdad, como dijo mi nueva amiga, el lugar era realmente hermoso, sobre todo porque aún no había salido el sol.